✍︎Wᴇᴛ Dʀᴇᴀᴍ✍︎
Te sentaste en la orilla de la cama quejándote por los rayos del sol que calaban en tus ojos, no era de mañana y tampoco estabas dormida, pero te molestaba la luz del sol entrando por la ventana abierta que casi siempre mantenías cerrada, te levantaste caminando fuera de la habitación cerrando tu puerta tras de ti.
Tus pasos descalzos se escuchaban en el gran y extenso pasillo de la vieja mansión creepy, la madera rechinaba levemente cada vez que avanzabas, hasta bajar las escaleras y encontrarte con los demás, Slenderman se acercó a ti, te tensaste un poco, no sabías la razón pero estar cerca de el te estremecía.
–¿Saldrás de caza? - Te preguntó agachándose a tu altura, no podías ver sus expresiones pero su voz sonaba tan sería y neutral como siempre.
–No, hoy quiero quedarme en casa -Dijiste levantando tu cabeza para mirarlo, el asintió y camino a la salida posando sus brazos detrás de su espalda finalmente saliendo de la Mansión, observaste a Toby acercarse a ti mientras Hoodie lo esperaba un poco alejado de ustedes.
–Oye pequeña, solo para avisarte que Masky también se quedará en casa pero está dormido en su habitación - Asentí a su aviso afirmando que lo había escuchado con claridad, palmeó con suavidad mi hombro y se despidió alegre corriendo hacia la puerta saliendo con todos los Creepypastas, Hoodie también se despidió de mi con un sutil movimiento de mano y sin decir una sola palabra yéndose del lugar.
Escuche ese molesto silencio anunciando que ya no había nadie en casa excepto Masky y yo, a veces era raro ver la mansión en tanta tranquilidad, eso solo sucedía cuando Jeff, Ben, Toby y Jack no se encontraban en casa, lo cuál tampoco era común pues si se iba uno otro venía llegando.
Me senté en el gran y desgastado sillón marrón observando la televisión apagada, a pesar de estar sumamente aburrida tampoco me encontraba con ganas de salir a cazar. ¿Masky se molestará si lo despierto? Probablemente si pero a decir verdad me importaba muy poco, necesitaba a alguien que me hiciera compañía pues en realidad no quería estar sola.
Me levanté con pereza moviendo mis pies bajo el cansado andar que había impuesto, mis pies se arrastraban ligeramente sin querer avanzar, era tedioso tener que llegar a la habitación de Masky siendo está una de las últimas al fondo del largo pasillo, busqué su nombre entre las pequeñas placas de las puertas que indicaban a quien pertenecía el cuarto, no me demoraba mucho en inspeccionarlas pues las placas de los proxys eran de un dorado brillante.
Después de estar caminando en línea recta por fin pude visualizar esa brillante placa con el nombre de Masky, tenía la intención de tocar la puerta antes de entrar a la habitación pero recordé lo profundo que es el sueño de Masky y sabía que no despertaría con unos simples toques.
Tomé el pomo de la puerta y lo gire abriendo paso a mi vista de observar a aquel chico dormido en solo boxers, nunca había visto de esa manera a Masky, pues era un chico reservado que no solía hablar con muchas personas aunque no al punto de igualarse a Hoodie.
Sentí mis mejillas calentarse de la vergüenza, si el despertará y me viera en su habitación pensaría que soy una pervertida, más por la situación en la que me encontraba, decidí dirigir mis pasos a la salida pues pensándolo mejor prefería quedarme sola en el piso de abajo. Mi andar se paralizó de golpe apunto de salir, pues pude escuchar con claridad los quejidos de Masky, me giré sobre mis pies lentamente, lo miré, seguía dormido pero su ceño ahora estaba fruncido y su boca entrecerrada soltaba ligeros jadeos, no había querido mover mi vista de su rostro, sabía que la situación se estaba poniendo mucho más intensa de lo esperado.
