3

274 51 9
                                    

El camino a casa es silencioso, el único momento del día en el que puedo respirar tranquilamente. Mis pasos son lentos, trato de alargar el momento de llegar a casa. Tal vez debería quedarme afuera hasta que papá se duerma, pero el grupo de Mark podría encontrarme.

Para mañana tengo que terminar la tarea que nos dieron en matemática y lenguaje coreano, pero no creo que pueda hacerlo hoy. A penas es el mediodía y ya quiero ir a dormir para no levantarme.

Este es mi último año en la escuela primaria y son sólo 5 horas, pero se siente como si fueran años. Cada día es una lucha continua conmigo mismo. ¿Despertaré mañana? Por suerte los recesos no son muy largos y a penas le da tiempo al grupo de Mark para acercase.

Cuando el timbre suena anunciando el fin del día, guardo mis cosas lo más rápido que puedo y salgo corriendo a mi casa para que ellos no puedan agarrarme, aunque a veces no funciona y termino tirado en el suelo, en el patio trasero, recibiendo todo tipo de golpes e insultos.

Falta una cuadra para llegar. Suspiro.

—¡Oye, tú!— Mierda.— ¡No huyas!

Tarde. Mis piernas y pies se mueven con rapidez intentando alejarme de la persona que me llama. Como si fuera a parar.

Mi casa está en frente mío. Tomo la reja y saco las llaves para abrirla, pero un cuerpo me apresa.

—¿Por qué corres? Dios...— Jaeno jadea en busca de aire.— Nunca... Me dijiste tu nombre.— Trato de girarme para entrar, pero es imposible.— ¿Eres mudo?— Gritar no es una opción. Papá me golpeará por ser débil.— Sólo quiero saber tu nombre. Prometo no lastimarte.— No quiero hablarle.

S-soy Renjun... ¿Puedes dejarme entrar a mi casa ya? T-tengo que hacer la tarea. M-me estás lastimando.— Sus ojos se abren grandes y parece caer en cuenta de la posición en la que nos puso.

—¡L-lo siento! E-es que...— Sus mejillas se ponen rojas. Es lindo. Asqueroso. Eres asqueroso, Renjun.

Déjame por favor. Tengo que entrar.— Estoy incómodo, Jaeno todavía no se mueve y su cuerpo está demasiado cerca del mío. Si alguien nos ve en este momento, la vamos a pasar muy mal.

—¡S-sí! Nos... ¿Nos vemos mañana?— Asiento sin darle demasiada importancia y cuando se aparta, aprovecho para entrar.

Sucio. Das asco. Maricón. Debería darte vergüenza.

Escucho los pasos de Jaeno alejarse y camino hasta la puerta de color blanco. Inserto la llave y suspiro. No quiero entrar.

La casa está en completo silencio. ¿Dónde está? No puedo verlo en el sofá ni en la cocina. Avanzo con sigilo hasta llegar a mi habitación. La puerta del baño se abre.

Mierda.

.
.
.

La primera vez que besé a un chico •ReNo• [Próximamente]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora