Capitulo 4

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Capitulo 4

Durante el resto del vuelo Andrey no me prestó atención. Bueno, de esa manera era mejor, no hay nada más peligroso que estar bajo la mirada del diablo. En mi mente el sinfín de pensamientos se mezclaban sin darme paz alguna. El abogado Tomas había regresado a su puesto mientras yo tenía mi encuentrito con el señor aguacate en el baño, así que no tuve más remedio que volver a mi silla delante del demonio. Tome mi lacto y comencé a escribir un viejo proyecto que tenia sin concluir.

Las diez horas de vuelo pasaron rápidamente, el piloto comunico mediante una bocina que íbamos aterrizar y que abrocháramos nuestros cinturones. Guarde mi lacto y cumplí con lo solicitado, me incline para ver el aeropuerto de Pulkovo. Era mucho más grande que el aeropuerto de Barquisimeto, al igual que más moderno. Ya llegue San Petersburgo, ¿qué sorpresas me tendrás?

Al aterrizar seguí a Carlos por todo el aeropuerto. Mi cuerpo no estabao acostumbrado a temperaturas menores de 18 °C. El frío que había provocaba pequeñas punzadas en mis dedos expuestos, mi ropa no era adecuada para la temperatura de 11 °C, Andrey me observaba. Sabía que él estaba esperando alguna queja de mi parte, pero claro, no le daría el gusto al aguacate. Todo era diferente, el aeropuerto era impactante ante mis ojos, los colores crema, blanco o champan, predominan al igual que el cristal. La llamativa geometría del techo deja ver entre franjas de forma de losango alargados el cielo, que se aclaraba por el amanecer. Las tiendas estaban abiertas al igual que una cafetería en el segundo piso.

No dude en separarme del grupo al sentir como mi cuerpo rogaba por un café. Al estar a cinco metros de mi meta puede sentí como mi cintura fue rodeada por unos brazos, mire sobre mi hombro y era el hombre de traje negro de cabello azabache. No tenia los lentes puesto así que me quede hipnotizada por sus ojos color verde olivo, los cueles estaba adornado de pestañas largas y gruesas.

-señorita, no es bueno que se separe de esa manera del grupo – dijo en ruso con una voz gruesa y elegante – no se querrá perder – yo negué con la cabeza y señale la cafetería

-solo quería comprar un café – dije en voz baja sin dejar de mirarlo. Dios, pero que hombre. Lo que pueden esconder unos lentes.

En su labio se dibujo una fugaz sonrisa burlona, hasta que la presencia del demonio se acercaba, provocando nuevamente su mirada neutral.

-¿Se puede saber que está pensado? –dice casi en un grito –

-a mi no me hables de esa manera – digo con altanería soltándome del sexy guardaespaldas – solo iba por café

-es muy irresponsable de tu parte separarte de esa manera – dice conteniendo su molestia – te quedaras con Valentin, y no te separes de él, tomaras algo cuando lleguemos a la casa

Tenía tanta rabia contenida que pude sentir como mis mejillas se coloraban. No le respondí y solo me di la vuelta para acercarme al grupo. El abogado Tomas miro con reproche a Andrey por su actitud, se acerco a mí con elegancia y me tomo del brazo para rodearlo al suyo.

-tranquila, tarde o temprano el dejara ese temperamento – dijo con su voz aterciopelada – y la relación entre ustedes mejorara –

-creo que más tarde que temprano – digo con ironía

- hay, no seas pesimista – dijo en un falso reproche provocando en mi una sonrisa – vez, esa es la herramienta que te servirá para dominar al demonio –

-¿dominar? –

-bueno, digamos sobrellevar entonces – dijo en resignación –aunque esas peleas son divertidas

-gracias por considerar nuestra incomoda y frustrante situación en un chiste – digo con sarcasmo mientras le sonrió

- es un placer – me responde el abogado con solemnidad –

Educando a un MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora