Capitulo 3

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Entre el calor y el tiempo me debatía para levantarme. El reloj marcaba un poco más de las once y mi hermana y mi mama aun dormida. El calor me asfixia. Trato de levantarme pero la pierna de mi mama está sobre mí. Con cuidado la alejó y me levanto, camino al baño y haga mis necesidades. La melena de mi cabello hace competencia con la de un león. Bueno creo que le gano. No sentí el momento exacto que entro mi hermana al baño, solo hasta que miraba su reflejo en el espejo junto de mí.

Después de haberme asustado y de reírnos un rato, mi madre fue quien despertó. Mi abuela no estaba en casa, ya que se quedaría esa semana en Valencia con mi tía, y agradezcamos a Dios por ello. Así que pudimos hacer todo el ruido que queríamos. El desayuno fue delicioso, claro, cabe destacar que cuando no eres tu el que cocina, todo sabe mejor y más si es la cocinera mi madre. La condenada no le gusta cocinar, pero si cocina sabroso cuando se decide: solo en ocasiones especiales.

El resto del día estuvimos viendo películas, específicamente La Ladrona De Libros. La historia de una niña que sobrevivió a la segunda guerra mundial en la Alemania nazis, el amor y el deseo de tener la oportunidad de leer entre páginas nuevas historia la hacia destacar. Había leído el libro y me encantaba la forma que había adoptado la muerte como narradora. Aunque al final no me gusto no saber qué fue de su vida, por lo menos se que se reencontró con su amigo judío. Max.

Al mirar el reloj que colgaba en la pared, respire con profundidad. Ya se acercaba la hora de irme, ninguna de las tres toco el tema hasta que Antonio llego a buscarme.

- ¿estamos listos? - pregunto Antonio refiriéndose a la maleta -

- sí, todo listo - dije asintiendo -

Todos nos subimos al auto y no dirigimos a la casa del demonio aguacate. No solté la mano de Cristina durante el camino, nunca nos habíamos separado y mucho menos por una distancia de medio mundo, ella era más fuerte que yo pero sabía que le pegaría. La abrase con dulzura y recosté mi cabeza en su hombro.

Carlos se encontraba en la entrada de la casa cuando llegamos. Una camioneta explore estaba estacionada delante. Al bajar del carro salude a Carlos seguida por mi familia

- ¿como estas Carlos? - le bese la mejilla al saludar - ¿donde se encuentra el demonio?

- estoy bien señorita es un gusto verlo a todos - dijo con su acento peculiar saludando a mi familia - y si con demonio te refieres al señor Smirburnov, está en el despacho algo molesto. No ha salido de ahí todo el día, sólo para preguntar cuando llegarías

- si es intenso - dije mientras hacia una mueca de fastidio con los labios - iré hablar con el

- si lo desea le aviso que llego - dijo Carlos preocupado - sería mejor que fuera yo

- ¿pasa algo malo? - pregunte extrañada por su reacción -

- es que por algo que le mencione está molesto - dijo como si fuera obvio-

- pero ¿qué tiene eso que ver con Thania?- preguntó mi mama con las misma dudas -

- no sé muy bien, pero tenía entendido que él tenía programado irse al aeropuerto a las dos y bueno, son un poco más de las tres - dijo Carlos tratando de aclara la situación-

- a no - dije con molestia mientras sentía como la ira subía a mis mejillas - el me dijo que en la tarde viniera y así hice, si tenía un horario establecido pues que me lo hubiera dicho.

Entre a la casa sin esperar la repuesta de Carlos. Este aguacate podrido me va a escuchar, ¿qué le pasa? ¿Tiene problemas o qué? Primero dice algo y después desea lo contrario. Camino por el pasillo y sin darme cuenta voy sola a la guarida del villano, mi familia se a quedado atrás con Carlos. No hizo falta tocar la puerta doble, ya que Tomás salía del despacho en ese momento.

Educando a un MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora