❝Flores para ti, amor mío❞

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Corregido.

Sus piernas le dolían, mierda que si le dolían.
Sentía claramente como pequeñas y cristalinas gotas de sudor bajaban lentamente por su frente, recorriendo con lentitud los bordes de sus mejillas, bajaban por su mandíbula y se perdían al terminar de bajar por su cuello; perdiéndose en su camiseta. Bufó molesto, tratando de elevar su flequillo con su soplido, fallando rotundamente.

"Nota de Justin número uno; no tratar de correr desde casa hasta la casa de los Standall. Mala idea."
Pensó, riendo suavemente.

Apretó el ramo de flores de distintos colores en su mano derecha, notando como algunas de ellas ya estaban casi sin pétalos.
"Falta poco, ya casi, florecitas, resistan un poco más".

Y así era, le faltaban tan solo unos cuantos metros para llegar al porche de los Standall, donde hace unos días le había dado una serenata, o por lo menos lo intento.
Ya en el porche de Alex, Justin se quedó quieto,  depositando todo su peso en sus rodillas al recargarse en ellas, mientras respiraba pesadamente, en un intento de recuperar el aliento perdido.
Con la respiración medio tranquila, tomó el borde de su camiseta gris y limpió el resto de sudor que le quedaba en su frente.
Ya listo, según el, Justin tocó decidió la puerta de los Standall, Alex desde adentro le respondió con un '¡Ya voy!'.

Mientras una linda y gran sonrisa adornaba su pálido rostro Alex abrió la puerta principal de su casa.
La sonrisa en su rostro rápidamente desapareció, transformándose en tiempo récord en un ceño fruncido, con sus labios formándose una perfecta línea horizontal.
—¿Qué mierda quieres, Justin?.— le pregunto con agresividad, lentamente y con un tono autoritario.

Justin se mostró sorprendido por un momento, alzando sus cejas y abrió levemente sus labios. Trago saliva al mirar la forma en la que el ceño de Alex iba uniéndose de forma rápida y constante.
—Alex.— se apresuró a decir, dando un pequeño paso hacia el rubio enfrente suyo.
—Amor, — comenzó a hablar, susurrando con un tono suave —Alex, lo siento tanto.— continuo hablando, mientras extendía un ramo de flores en sus manos.

El ceño de Alex no podía estar más fruncido, sus manos estaban apretando su pantalón con una fuerza que ni siquiera el sabía que poseía.
—¿Por qué me haces esto?, — cuestiono, su voz era suave y estaba rota. Con su mano derecha tomó su codo izquierdo, contendiendo las ganas de apretar fuertemente a Justin en sus pálidos y delgados brazos. —Te quiero lejos de mi, ahora. Largo de mi casa— concluyó.

Los labios de Justin volvieron a abrirse levemente, y un suave "Alex, amor" emanó de ellos.

—Adíos, Jus.— Le murmuró. Y un dolor rápidamente le recorrió, partiendo de su nariz y expandiéndose rápido por su rostro, Alex le había cerrado la puerta en la cara.

Tras cerrar la puerta, Alex se recargó en ella y se resbaló, cayendo en posición fetal mientras cristalinas y saladas lágrimas salían de sus ojos .
Se odiaba, y odiaba a Justin Foley, ¿Con que derecho se atrevía a aparecer frente en su casa, con un ramo de flores de distintos colores, después de haber admitido sin remordimiento alguno que se acosto con Clay Jensen el día de su aniversario?, sin duda ese chico era jodidamente impresionante.

Love me again. [Justlex]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora