Capítulo 3

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Oh por dios, ¿qué hecho mal?

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Oh por dios, ¿qué hecho mal?

Para ser sincera creo que este no es mi día. Al parecer hoy alguien me ha rociado una porción de mala suerte, simplemente no puedo. Tal vez debí haberme quedado dormida. Voy a caer. Cierro los ojos por instinto. Maldición Cassandra, harás el ridículo. Otra vez.

Una, dos... y nada. Nada ha sucedido.

Mis ojos están aferrados a cerrarse esperando el impacto pero nada. Los sonidos de pronto se hacen claros ante mis oídos y puedo distinguir voces a distancia, lo que antes se escuchaban distorsionadas, ahora se escuchan fuertes y claras.

— ¡Oye, oye! Chica… ¿tú estás…?

Comienzo a abrir lentamente mis párpados para después cerrarlos con fuerza al sentir la luz cegarme.

— ¿Está respirando?

« Claro, respiro pero el mismo aire que ».

Sinceramente no soy tan sociable y con las pocas personas con quienes hablo, creo que son menos de diez y solo tres profesores. Las razones por las cuales no soy sociable, son: 1) soy una persona muy — demasiado — especial, el caso es que si tu me caes bien me caes y si no, pues intento ser amable. 2) me gusta estar sola. 3) soy una persona muy distraída y normalmente nunca se de lo que hablan los demás por estar pensando o simplemente dejarme ir a mi pequeño mundo.

— Oye, ¿hola?

Abro los ojos de golpe y entiendo porque nunca sentí de dolor como se supone que debería. Debería de estar consciente del brazo rodeado en mi cintura pero al mirar la cara de mi salvador me quedo sin palabras. Esto definitivamente es vergüenza. Cuando dije que me rociaron polvo de la mala suerte, ahora me pongo a pensar que en realidad no es así. Tal vez, sólo me han rociado polvo mágico de buena suerte. Porque ahora puedo ver claramente esos ojos azules los cuales siempre quise saber si en realidad tenían ese brillo, ese azul turquesa. Como cuando mamá nos llevó de viaje y vi aquellas aguas cristalinas ser golpeadas por los rayos del sol, y brillar de manera hermosa.

— Amiga, ¿estas bien?

« Me ha llamado amiga. »

No voy a gritar. No voy a gritar.

No gritó pero una sonrisa estúpida me delata. Quedó con la mirada hacia él y él a mi — o al menos eso es lo que creo —. ¡Esperen! No tengo nada en la cara verdad. ¿Verdad? Comienzo a preocuparme. Aquel momento bello, hermoso, encantador — para mi — llega un fin porque de repente comienzo a sentirme incómoda.

Siento como posiciona sus manos en los lados de mi cintura. Y es cuando recuerdo que puedo estar de pie por mi misma. Me empujo hacia enfrente y en el proceso lo empujó a él. A Hansel Willheim. A mi amor platónico. A mi ídolo. Bueno, a uno de mis ídolos. Cuando estoy de pie es cuando me di cuenta que no solo éramos Hansel y yo. A nuestro alrededor se encuentra Elsa y James, ambos viéndonos de manera fija.

Si este fuera otro momento yo hubiera brincado de alegría pero no, acabo de quedar en vergüenza enfrente de ⅗ de mis  ídolos.

Lo único que puedo pensar y hacer en ese momento es dar media vuelta.





Abro los ojos y los cierro inmediatamente, la luz me deja ciega por un momento.

Ayer fue un día hermoso pero a su vez horrendo. Primero porque Hansel me sostuvo en sus brazos y fue la mejor experiencia de mi vida. Segundo, fue que no tuve oportunidad de tomarme una foto con él o con James y Elsa. Tercero, ¿quien se cae tantas veces enfrente de sus ídolos? Espero y ellos tengan pésima memoria. Lo sé, algo me debe estar fallando. Mentalmente estoy hecha un desastre. Físicamente, también. « Esto es horrible ». ¿Acaso no me puedo quedar en casa? No.

— ¡Cassandra, ¿ya te levantaste?!

Tomó la sábana y la pongo encima de mi. Quisiera tener el sueño pesado pero no, me levanto por cualquier sonido. Aveces desearía que mamá fuera del tipo de madre que te deja hacer lo que sea, pero no. “ Mientras vivas en mi techo y yo y tu padre te mantengamos tendrás que respetar las reglas de esta casa.” Lo típico, ¿no? junto con el bla, bla, bla. Mentalmente ruedo mis ojos, hay posibilidad de que quede visca pero eso no importa: «¿qué más me puede suceder?». Solamente soy una simple mundana tratando de averiguar qué haré hoy, ¿si me levanto o no?

— Creeme Cassandra, no tienes todo el día — la voz de mi mamá resuena fuerte y claro en mi habitación, volteo hacia la puerta dónde está abierta y está ella apoyada. Ella dice antes de advertirme que me vista inmediatamente porque me tardo horas y nunca hay un cambio.

« Lo siento mamá, pero no todas nacimos para ser famosas ».







Al entrar a la academia, esta vez sin ningún problema de caerme y con éxito. No hay periodistas y camarógrafos en la entrada, y eso es una buena señal. O tal vez es una señal de que actualmente llegue temprano y tengo veinte minutos antes de mi primera clase.

Miro la pantalla de mi celular y estoy en lo correcto. Me lo guardo antes de dirigirme a la cafetería, que solo dos o tres veces he entrado y eso fue antes de conocer que había un pequeño local a la vuelta de una cuadra donde venden cualquier tipo de bebidas y comidas a un precio económico. Cuando entró se ve solo, tan solo con unos trabajadores y alumnos, unos diez.

Llego y pido el desayuno que es una barra de cereal junto un yogur de fresa y un pedazo de pan. Antes de pagarlo y sentarme en espera de gastar tiempo.



— ¿Has escuchado?

Detrás de mí comienzan los susurros no tan “susurros”. Atenta en lo que habla la maestra y también en lo de atrás, la plática de mis compañeras escucho con cuidado.

— Marine le había dicho a Silva y Ana que había escuchado la conversación de la directora con su secretaria, que hablaban de Fifth Wave, que su representante le dijo que si era seguro grabar aquí… y que tal vez...

«¿ Porque se queda callada? Quiero saber».

La voz de la maestra vuelve a sonar en mi cabeza hablando sobre la historia del arte. Suspiro cansada y algo frustrada por no poder escuchar todo completo. Vuelvo mi atención completa a lo que la maestra dice aunque estoy perdida.



Hay una multitud en el pasillo donde normalmente ponen folletos de anuncios.

Veo una chica morena entre ellos y la reconozco. Me acerco antes de que se me pierda.

— Hey, Alice — digo tomando su brazo —. ¿Qué sucede?

— Hola pequeña — me saluda dándome un beso en mi mejilla y me sonríe —. Solo un anunció sobre una competencia de ballet. Tú sabes, uno de las mejores dieciséis chicas saldrá en el vídeo musical de Dangerous.

Abro los ojos junto con mis labios, ¿que?

Esto es increíble. Esto sucede en donde asisto. Espero y que no sea una pesadilla porque quiero entrar y ser una de las dieciséis. Lo voy a conseguir.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2017 ⏰

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Totalmente Cliché | 2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora