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-Tyler, llegaste ántes- Miré a mi padre entrar acomodándose la corbata.

-Si, venía apurado.-

-Tu madre me dijo que se te hizo tarde- Habló al mismo tiempo que alzaba una ceja.

Lo ignoré por completo y decidí ir al grano, era la razón del por que estaba aquí.

-¿Hoy se supone que empezamos la investigación?- Pregunté con un semblante serio.

-Si, de hecho me alegra que hayas llegado temprano, así te podemos alistar con más calma.-

Sonreí hipócritamente, guardandome las ganas de mandar a la mierda a mi padre y la supuesta "misión".

-Si, es bueno ¿sólo iré a un bar?- Tenía dudas, lo único bueno es que iba a entrar a estos de manera gratuita.

-No, lo más probable, es que seas enviado a tres, no creas que vas a divertirte, es tú trabajo- Habló más firme, se había enfadado un poco.

-Padre, confía en mi, he estado esperando un puesto así en el negocio como para arruinarlo. Soy consciente de lo que hago- Aunque sabía que era lo contrario.

En mi vida me habría gustado ser un agente, no quiero ser como el hombre que está frente a mi, sin ninguna expresión, viviendo con amargura sobre mis hombros.

Dicho esto, mi padre se levantó de su gran silla, con un ademán me indicó que lo siguiera. Llegamos a la sala que se encontraba al lado de su espaciosa oficina.

Tomó un equipo de protección completo y me lo pasó.

-¿Llevaré esto?- Me atreví a preguntar.

-No, pero esto sí- Sacó una arma y otras cosas más, por lo que vi había micrófonos y cosas extrañas.

Si, sabía que mi padre estaba algo loco pero nunca creí que tendría que llevar este tipo de seguridad.

-¿Es en serio?- Pregunté incrédulo.

-¿Que? ¿que llevarás esto?- Levantó los micrófonos.

-Si, papá no creo que sirvan de nada, aparte es mi privacidad- Volteó a verme rápidamente, creo que ahora vendría un sermón respecto a lo que había dicho, genial Tyler.

-Eres un agente, un micrófono es fundamental, si no quieres utilizarlos puedo traer a un agente con años de experiencia y que sabe como es el trabajo aquí- Habló, iba a ser imposible que no los llevara.

No contesté y eso le hizo enojar más.

-¿Quieres llevar los micrófonos?- Me sorprendí de escuchar esa pregunta.

-Pues... Papá sinceramente no los quiero llevar, se me hace incómodo que estén monitoreando absolutamente todo lo que hago- Hablé mirándolo a los ojos. No sabía como iba a reaccionar.

-Vale, no los llevarás- No podía creer que estuvieran diciendo eso, obviamente sonreí.

-¿Es en serio?- Pregunté aún sin creerlo. Mi padre no habría cedido en una situación así.

-Si, tienes razón, confío en ti hijo, no me decepciones.-

Después de hablar conmigo sobre lo que haría ya una vez en esos bares y alistarme para poder salir, me deseo suerte y por primera vez después de mucho tiempo, sentí el cariño de él hacia mi.

Me fui a casa para arreglarme, tenía que estar presentable para la ocasión, era algo raro ni siquiera sabía que tenía que hacer ahí, lo mío no eran los bares, era un hecho que odiaba a las personas drogadictas y alcohólicas. Ese tipo de adictos eran peligrosos, no tenías la certeza de lo que iban a hacer una vez bajo el efecto de esas sustancias químicas.

Después de un baño rápido y revisar incontables veces mi celular con la esperanza de encontrarme con un mensaje del chico tintado, recibí un mensaje de mi padre, mandándome la dirección del lugar al que iría.

Uno de los bares más recurrentes de todo Ohio, una sonrisa se formó en mi rostro, si que la pasaría bien. The Big Bar, el lugar al cual la mayoría de adolescentes querían entrar, pero por el precio y la ruta por la cual se encontraba, solo algunas personas asistían.

Tomé las llaves de mi auto y conducí hasta llegar al estacionamiento de la dirección que me había mandado minutos atrás.

Tomé el volante y respiré, tenía que hacerlo bien, odiaba tener que entrar e investigar sólo para tener contento a mi padre.

-Vamos Tyler, lo haras bien, nadie te golpeará por estar espiándolos- Me dije a mi mismo mirando mi reflejo en el retrovisor.

Acomodé mi cabello por última vez y salí directamente al bar.

Llegué a la gran fila, no era posible, había demasiada gente formada.

Observé de lejos a un hombre alto, vestido completamente de negro. Supongo que era el guardia del bar.

Se detuvo frente a mi, algunas personas empezaron a abuchear y a reirse. Carajo, seguramente me sacaría de la fila.

Alcancé a escuchar un acompáñeme salir de sus labios, antes de que me empujara de una manera poco gentíl, pero en lugar de que me echara del lugar, me escoltó hasta la entrada.

-Le pido una disculpa, el señor Joseph me dio órdenes de esperarlo en el estacionamiento, pero como veo llegó más temprano- Sonrió y abrió lentamente, escuché gritos por parte de las personas formadas.

Seguramente llevaban mucho más tiempo formadas que yo y eso los hacia enojar.

Les dediqué una sonrisa burlona y enseñé mi bonito dedo para depués entrar al lugar repleto de iluminadores.

Genial, la noche iba empezando de una manera increíble.

Al entrar, no tardé en sentir la buena vibra transmitiéndose a mi cuerpo, las luces neón se prendían y apagaban al ritmo de la música.

Inconsientemente comencé a moverme junto con estas. Nunca lo habia experimentado pero amaba estar en un ambiente así.

Estaba tan entretenido que por un momento olvidé la razón por la cual estaba aqui. Mi padre me lo había advertido.

Caminé por todo el colorido lugar. Me sorprendí bastante, no era un lugar como normalmente lo describían.

No, no había personas vomitando por cualquier lugar, o chicos desnudos. Sólo habia personas pasándola bien, entre risas y un poco de alcohol.

Seguí buscando sospechosos. Me acerqué a un lugar en el cual no había tantas personas.

Y un olor poco conocido se hizo presente en mi nariz. Alguien se estaba drogando por aquí.

No era sólo una, aproximadamente unas diez personas estaban en círculo fumando.

Me acerqué a la barra y comencé a observarlos de lejos. Tenía una vista panorámica desde aquí.

Miré a uno por uno, intentando grabar sus rostros en mi mente, había solamente dos chicas.

Pero mis ojos se abrieron de una manera exagerada cuando vi a algo familiar.

No, no a algo, a alguien.

Josh.

Casi me caigo de el pequeño banco en el que reposaba, me atraganté con mi propia saliva.

Esto estaba mal, él no era así.

O eso era lo que yo creía.

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Me meo.

Un poco de drama no hace mal, ya hubo mucho amor entre los chicos.

○BLED○








WHISPERER  ●Joshler●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora