Capítulo 14

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Me encontré mirando el grande ventanal que daba hacia el jardín, unos hombres estaban arreglando el pasto, otros colocaban una fuente de cantera al centro, y otros hacían otros arreglos a la casa, hacía tres días que estábamos en México, a Nirek no lo había visto mucho y tampoco habíamos conversado demasiado.

Antes de llegar Nirek junto con Kerick habían arreglado la compra de sus casas, por supuesto Nirek no me había pedido opinión aunque al principio lo había prometido, no me importó demasiado que gastara millones en una casa dentro de las zonas más exclusivas de México, Polanco, y tampoco me importó que el idiota de su hermano fuera nuestro vecino y se la pasara todo el tiempo en la casa.

Desde que llegamos no había salido, no había avisado a nadie tampoco, mi refugio eran los libros, estudiar, revisar los trabajos de la Universidad y evidentemente no mirar mi rostro mallugado, más que nada por eso no había salido ni había ido a ver a mis padres, no querían que pensaran que me iba tan mal con Nirek.

Respiré profundo, «Ojalá Nirek me prestara más atención» Pensé.

Mi celular vibró, era Nirek.

―Hola―contesté.

―Indira, estoy atorado aquí con el Jeque, ya sé que no hay comida en la casa, ve a buscar algo que comer, ¿de acuerdo? ―Escuché como Nirek hojeaba―. Tengo una tarjeta de débito en mi maleta, ve a buscarla y paga con ella, el código es 2390...

―Está bien, ¿Podrías repetirme la clave?―pregunté.

―2-3-9-0... 2390, Tengo que colgar, te veo más tarde, Kerick irá a ver a los trabajadores, adiós―.Colgó.

Muy bien, 2390...23...90

La verdad si tenía hambre, por lo cual decidí que iría al Domino's Pizza que estaba a unas cuadras. Fui a ponerme unos zapatos y por la tarjeta de Nirek mientras repetía en silencio los dígitos que me había dado para no olvidarlos.

Cuando llegué a la maleta de Nirek, abrí los compartimentos pequeños y comencé a revisar, sentí la tarjeta y la saqué pero la sorpresa es que no era una tarjeta, era una fotografía, una foto de Nirek con una mujer, aquella mujer era morena y muy preciosa, tenía puesto un sari blanco, Nirek sonreía y ella también ¿Qué los hindús no debían sonreír abiertamente?

Le di la vuelta a la fotografía y allí había algo escrito.

main aap sabhee mere dil ke saath pyaar, Nirek.

Shaila.

No sabía que quería decir y no podía quédame con las ganas así que lo busqué en Google. «Te amo con todo mi corazón, Nirek. Shaila». Rápidamente guardé la fotografía en su lugar y respiré profundo.

Quería destruir esa foto ¿Por qué estaba tan molesta? ¿Estaba celosa? No, no estaba celosa de esa mujer, hasta se lo regalaba, «Shaila yo te regalo a Nirek» Pensé. Por fin encontré la tarjeta y dejé las cosas de mi esposo exactamente como estaban, me sentía rara no podía dejar de pensar en las razones por las cuales Nirek tenía esa foto entre sus cosas, seguro es que esa mujer era importante para él. Tal vez ella le había enseñado a poner los saris.

No tardé mucho en salir de la casa, quería ir a comer rápido pues eran las 6:00pm y no tardaba en oscurecer, la verdad es que aunque la zona en la que vivía era cara se habían incrementado la inseguridad.

Caminé admirando las lujosas casas, pensando cualquier tontería que no me hiciera pensar de verdad, evité a toda costa la imagen de Nirek abrazado de Shaila, tan sonriente...Conmigo nunca quería sonreír, Nirek me regañaba porque yo sonreía en la India, porque me acercaba demasiado a los hombres y el estaba muy prendido de esa mujer en esa imagen.

Para toda la vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora