Capítulo 3

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Despues de que Amel  y Daphne se encontraran exaustas de haber bailado varias canciones, decidieron salir a tomar aire hasta la azotea de la discoteca, en donde la gente se encontraba fumando y bebiendo tranquilamente. El olor a cigarro y a porro abundaba en el lugar.

-¿Quieres uno?-  Daphne habló,la cual se encontraba tendiendole un cigarro a Amel.

No era que fumaba tanto, pero de vez en cuando alguno se le daba por fumar, así que esa noche acepto, de algún modo le relajaba.

Cada vez le empezaban a doler los pies de tanto estar parada mientras terminaba de darle las últimas caladas a su cigarrillo, y para su alivio diviso en una barra que había en la azotea dos bancos libres, así que enseguida se acercaron con Daphne antes de que se  los robaran.

- Algo que quieran beber señoritas?- preguntó un barman que de repente se había acercado hacia ellas

Vestía con una camisa negra que le quedaba perfectamente ceñida al torso. Era un joven muy guapo, tenía el cabello negro bien corto, una sonrisa con dentadura perfecta y tenía una muy linda mirada que hacía sentir un poco incomoda Amel, el chico le prestaba atención  más a ella que a su prima.

<<¿Acaso no podía mirar a Daphne también?>> pensó Amel mientras miraba al chico que le sostenía la mirada.

-Dos ron con hielo por favor- Habló Daphne, y el barman asintió yéndose hacia atrás de la barra.

-Por dios, pensé que no me iba a quitar la vista de encima, has visto como miraba?- le comentó a Daphne, pero ésta no le hacía caso, estaba mirando cerca de la puerta de salida de la azotea, en donde había un chico de piel morena, lo que significaba que Daphne iba a tener una nueva presa esta noche.

-Te molesta si me voy con el morenillo? - preguntó suplicandole.

-¡¿Y me dejas sola?! Claro que no- negué rotundamente mirándola

<<¿se había vuelto loca? Se suponía que ibamos a pasar la noche juntas, no cada una por su lado.>> pensó Amel.

-No seas boba, además no estás sola, como compañia tienes al barman que te ha echado ojo- Contestó mirando hacia atrás de ella, en donde el barman se acercaba con los tragos.

No le dió tiempo ni de protestarle a Daphne, cuando la muy maldita se levantó del banco con pasos torpes por el alcohol y le dijo al oído antes de irse en busca del moreno:
-Pídele su número de telefono!-
Claramente haciendo referencia al barman.

- La voy a matar- murmuro Amel para si  misma agarrandose el puente de la nariz.

-No creo que quieras ir presa tan joven por matar a alguien- dijo el barman de regreso, dejando en la mesa los dos vasos con ron.

-Oh, tranquilo que no me arrepentiría de matar a mi prima- le contestó Amel con cierta burla tomando de su vaso, la bebida estaba muy amarga haciendo que la chica hiciera cara de asco, provocando que el barman  que ahora se había apoyado a la barra se riera de su expresión.

-¿Acaso no hay nadie que me pueda atender aquí?-dijo una chica con voz irritada que se había acercado a la barra.

Tenía una apariencia un tanto refinida.
Amel siguió bebiendo bebiendo del vaso de ron con hielo sin importarle su amargo, mientras la observaba a la chica detalladamente. Traía puesto un vestido dorado de lentejuelas de espalda abierta y con un gran escote, su cabello color zanahoria caía en ondas por la altura de su espalda. Todo en ella era muy delicado, y ha decir verdad era muy bonita.

 Todo en ella era muy delicado, y ha decir verdad era muy bonita

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