Es un cuchillo en mi cuello

2.2K 200 165
                                    

-Jefecito... Usted no puede tratar así a Demencia...-Flug, como nunca se colocó firme y lo miró fijamente.

-...¿Qué acabas de decir?...-Black Hat lo tomó del cuello con una mirada tan terrorífica que ni el mismo satanás se atrevería a desafiar.

-E-Esto...-Flug se acobardo ante aquella imponente mirada.-Y-Yo... creo...-No sabia que hacer, no podía dejar que tratara tan mal a esa insoportable solo por un accidente. Infló el pecho, se puso firme y lo miró desafiante.- Usted no puede jugar con la vida de una chica. Ni por mi ni por nadie, no tiene el derecho, cree que porque es un demonio puede hacer lo que se le de la gana, pero en realidad sin mi, usted no triunfaría jamás, y si quiere que yo siga para usted, deberá respetar a Demencia.

La habitación estaba en silencio. Black Hat aún tenia la bata de Flug en su mano. El demonio esperaba a que Flug bajara la guardia, pero no pasó. Estaba esperando a que este se arrepintiera, le rogara que no le hiciese daño, que no fue lo que quiso decir, que fue un error. Esperó. Pero fue en vano, Flug aún lo miraba de manera desafiante y sin miedo, una mirada que jamás había visto en el científico y por supuesto en silencio. Black Hat lo soltó y lo miró desinteresado.

-Escucha, Flug.-Le dió la espalda y suspiró.-Tú eres el único que me importa, y jamás hubiese aguantado este tipo de arrebatos. Es una lástima que tenga sentimientos hacía ti, porque de no ser así.-Se dió vuelta de nuevo para quedar cara a cara con Flug.- Ya te habría desollado vivo, tus huesos los hubiese quebrado lenta y dolorosamente hasta que tus entrañas se retuercen de dolor mientras te entierro repentinamente mis dientes para luego masticar tu carne y escupir la a cualquier basurero de la mansión... Pero... Como ya te dije, te necesito. Así que como castigo... No será una muerte rápida como la que te dije... Será una muy, pero muy lenta.-BH tomó rápidamente a Flug de la mano y le enterró los dientes en el cuello.

Flug gritó como nunca antes y lagrimas comenzaron a brotar. Black Hat siguió haciéndolo hasta sacar sangre manchando la pálida piel del doctor. Al sacar sus dientes, procedió a tirarlo al suelo indefenso y rompió su bolsa. Cualquiera pensaría que se trata de un chico dulce de rizos dorado y probablemente bellos ojos, y que es por lo tierno que es que oculta su rostro de su malvado jefe. Pero no. Su cabello era bastante corto y negro. En sus ojos solo se veía una mirada desesperada, sus ojeras eran tan grandes que llegaban a sus pálidas mejillas. Algunos vellos se asomaban en su barbilla, y un gran desperfecto; Una cicatriz que cubría desde su mentón hasta su nariz, la herida estaba cocida recientemente... ¿Cómo? El accidente con Demencia... Su cara... se rajó.

-Eres tan común como cualquier humano asqueroso... Pero eres tan inteligente... Si no fuese por eso, ya estarías muerto.

Flug no estaba escuchando, no podía, el dolor de su cuello era inmenso, le había abierto la misma cicatriz que él mismo le había hecho en la noche de su pesadilla. El científico se retorcía en dolor mientras Black hat lo insultaba de manera sutil.

-¿Me seguirás llamando Jefesito?

Flug solo lloraba asintiendo.

-Eso espero.- Se acomodó encima de Flug para darle un brusco y tosco beso en los labios.-Espero que esto te enseñe a no faltar me el respeto. Porque a la próxima vez, será otra cosa lo que se rompa.- Con orgullo BH se paró y se sentó en su despacho.-Ahora vete, que derramas sangre en mi alfombra nueva.

Flug se arrastró hasta la puerta y la cerró con fuerza. Esto llamó la atención de 5.0.5. quien corrió desesperado a ver al doctor, lo tomó entre sus brazos y lo miró casi llorando.

-No te preocupes 5.0.5., estaré bien, llévame al laboratorio....

5.0.5. le hizo caso y lo llevó a su camilla de experimentos. Flug se colocó guantes nuevos, tomó alcohol y lo colocó en la herida mientras hacia presión con un pedazo de tela esterilizado para luego parcharse lo. Cuando la hemorragia calmó, procedió a cocerse lo con hilo y aguja, no era como si no le doliese, pero el dolor que sintió cuando Black Hat enterró esos cuchillos llamados dientes no se compara con lo poco y nada que sentía ahora. Sacó una bolsa nueva de una cajita que tenía debajo de su mesa de trabajo y se la colocó para que su rostro no estuviera al descubierto.

...¿Qué es lo que te he hecho...? mi Black Hat...

¿¡Qué he hecho!?Where stories live. Discover now