Capítulo 1: Un nuevo comienzo

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En el fondo sé que la gente espera de mi algo más de lo que les doy. También sé que tarde o temprano tendré que darles entrada a lo que pienso y a lo que soy. Es por eso que cuando se aproxima ese momento huyo. Huyo hacia otro lado, hacia otra vida. Siempre ha sido así y sinceramente prefiero que siempre lo sea.

Me llamo Phoebe, si Phoebe mis padres no tenían el día inspirado Mariana Phoebe Gres Luz, de echo si no estuvieran muertos sería para matarlos...

Llevo viviendo en hogares de acogida desde los nueve años, hace cuatro que llevo vagando por toda la costa atlántica, el centro y la costa asiática de Estados Unidos. Ahora acabo de llegar a Hawai. Y, muy sinceramente,  sé que pronto me iré. Siempre intento no llamar la atención demasiado y estar en un sitio el mínimo tiempo posible. Sé, con certeza, que eso nunca cambiará porque así es como yo lo quiero. Durante este tiempo he conocido a muchas personas, se puede decir que he hecho un puñado de amigos, mas desde siempre solo he tenido una mejor amiga. Ella es la única que siempre me ha mantenido en la civilización, la única razón por la que no he desconectado. Se llama Mia y yo la considero, el único rayo de luz en mi vida.

De echo, es ahora después de un largo viaje a la que me apresuro a llamar y también es ella (o mas bien su boda) la única razón por la que me acabo de tragar diez horas de avión.

— Mia, soy Phoebe, ya estoy en el aeropuerto.— Empieza a hablar y no me deja terminar.

— ¿Fibbie! ¿Dónde estas?

— En el aeropuerto...

— Espera ahí, no te muevas. Voy a mandar a alguien a por ti.

— Mia, puedo coger un taxi...

Los pitidos me dieron la respuesta. Me había colgado. Está claro, Mía nunca cambiará. Daba igual que solo faltará un mes para su boda, ella seguía con su comportamiento de adolescente en acción. ¡Nunca maduraría!

Pero, bueno... A quién quería engañar. Esa era su Mia, su pequeña y linda hermanita adoptiva. Desde que la había conocido cuando era una niña desprotegida de siete años y se había hecho su protectora en el orfanato poco había cambiado. Y que no cambiará era una de las cosas que mas le gustaba de ella y también su comportamiento infantil, que le hacia ver la vida con una aura positiva, que hacia que todos a su lado fueran felices. Y a pesar del tiempo que había pasado desde que no se veían, sabia que eso no había cambiado.

Salió de la sala de embarque mirando para los lados. Supuestamente alguien debía de alcanzarla y llevarla a casa del prometido de Mia, Joshua, ese alguien que llegaba tarde, por cierto.

— Phoebe...— Gritó una voz, una voz conocida.—  Phoebe, aquí.

Me gire y...

— ¡Markus!

Tengo que agradecer a varias personas el apoyo que me han brindado para que subiera esta historia, la segunda. Vosotras que sabéis quien sois, muchísimas gracias.

Para los demás, Markus... ¿Quién es Markus?

En capítulos siguientes, jajaja.

Besos

Ana

La detención antes de la huidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora