5.- Damn Daniel

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Narra Lea

Así fue como los días pasaron y yo seguía sin entregar mi permiso de que podía ir al campamento, solo me quedaban tres días para poder entregarlo, y yo ni siquiera me había esforzado en comunicarle a mi madre la notica. Salí de mi cama sacando primero la pierna derecha de mis cobijas y luego la izquierda; me senté y tallé mis ojos con cuidado, con un brinco salí y me dirigí al baño para comenzar mi ritual.

Treinta minutos después y yo ya estaba lista e iba comenzar a desayunar, me senté y mi madre apareció con una taza de té entre sus manos.

—¿Qué significa esto?— yo la miré sin entender de lo que hablaba para que luego mi progenitora sacara un folleto de la bolsa trasera de su pantalón.— Lo encontré mientras limpiaba la sala, la aspiradora se atoró con eso.

—Es solo un folleto de la escuela, otra loca y descabellada idea de la directora.— me encogí de hombros mientras daba otra bocanada de mi cereal

—No parece tan loca y descabellada, de hecho me gusta la idea, siento que es una buena idea para que los jóvenes como tú, se diviertan aprendiendo.

—¿Mamá te sientes bien?

—¡Si! ¿Por qué no debería de estarlo?

—¿Te estás dando cuenta de lo que estás diciendo? Por primera vez en tu vida estás de acuerdo con algo que propone la escuela.

—Lo sé, lo sé. Pero en verdad siento que con este proyecto la directora ha dado en el clavo.— colocó el folleto en la barra cuando acabo de leerlo y dirigió su mirada a mí —Ahora dime tú ¿Por qué no me has entregado el permiso aún? Que por lo que dice ahí se entrega en tres días.

—Porque no pienso ir.

—¿Tus amigas no irán?

—Si irán, pero yo no le veo el caso a ir. Digo lo único que ganare es vivir en una cabaña donde viviré con reglas, me comerán los mosquitos, de seguro no habrá una buena recepción de internet y moriré de calor, no soporto a los profesores y ¿Ahora piensas que los aguantare viéndolos todos los días?

—Hija, tal vez tú no le ves la relevancia en estos momentos pero créeme que en unos años vas a tener grandiosos recuerdos del campamento, de tu estadía allá, de tus amigas, es tu último año y te puedo asegurar que al final lo vas a disfrutar.— después de que me diera su discurso lo pensé y asentía dudosamente y ella solo sonreía.

—No, aún sigo pensando que no debería de ir— finalicé asintiendo. Ella soltó un bufido.

—Bueno, no me interesa, soy tu madre y se que esto al final me lo terminaras agradeciendo así que...— camino dirigiéndose hacia donde estaban mi mochila.

—¡Hey! ¿Qué haces? Sabes, eso es invadir la privacidad...

Abrió mi mochila y empezó a esculcar mis cosas hasta que saco una hoja y se dirigió a la mesa para luego sacar una pluma y firma el permiso.

—¿Lo entregas tú o lo entrego yo?

—¿En serio tienes la suficiente confianza en mí para creer que voy a entregar el permiso?

—Tienes razón, mejor lo entregaré yo— yo rodé los ojos para salir de mi asiento y dejar mi plato en el lavavajillas. —Y apresúrate que se nos hace tarde.

Subí rápidamente para cepillarme los dientes, agarre mis cosas y me subí al carro para después de cinco canciones, me encontrara en la entrada de la escuela.

—Vamos— dijo animadamente mi mamá estacionándose.

—Sólo no me abraces ni me beses madre, que tengo mi reputación de niña cool en juego.

Campamento EscolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora