Prólogo.

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—otro cerezo ha muerto —habló un anciano con bastón, mirando al árbol seco.

—tan solo nos queda diez cerezos... Si esto sigue así... Abuelo... —murmuró la bella joven que se encontraba a su lado.

—no te preocupes mi niña —dijo con serenidad el señor —esto se va a arreglar muy pronto, de eso seguro...

La joven sonrió y dio una pequeña reverencia.

—iré a ver cómo esta mi madre, abuelo...

El mayor asintió y la joven salió corriendo, él la vio irse y después volvió su mirada hacia el árbol.

—si esto sigue así... Solo espero que la guerra cese...

...

—¡oka-san! ¡oka-san! —llamó la joven entrando a una pequeña casa.

Ella miró a su alrededor y no la vio así que se dirigió al cuarto.

Al entrar se encontró con una señora que al verla le sonrió.

—hola Sakura-chan...

—hola abuela... ¿Cómo está mama?

La mirada de la anciana bajó hacia el cuerpo de la mujer rubia.

—por el momento esta aguantando... Ella es muy fuerte...

Sakura se arrodilló frente a su madre y tomó sus manos, para después besarlas.

—madre... le prometo que todo estará bien y volverá a ser la energética mujer de antes...

La mayor sonrió con dulzura y acarició los cabellos de su nieta.

—eres un amor Sakura-chan...

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—¡fuego! ¡Fuego! —se escuchaba afuera de la casa.

La pelirrosa salió de su hogar corriendo y se dirigió a los campos de cerezo.

Al llegar se quedó pálida al ver la escena.

Todos los cerezos estaban siendo quemados.

La menor al ver esto no pudo contener las lágrimas y ayudó lo más posible para apagarlas.

Pero al día siguiente no había ningún cerezo.

Sakura lloró frente al antiguo jardín de cerezos.

—esto es muy malo —murmuró el anciano mirando a todos los aldeanos —afuera hubo un fuerte choque con varios clanes y produjo este incendio... Saben que estos cerezos son muy importantes para nosotros, y al no tener ninguno, nos hace vulnerables a los ataques de los clanes...

Todos asintieron, ellos entendían lo que pasaría si los cerezos se encontraban muertos. Lo sabían y les dolía, como también les preocupaba.

—¡debemos ir al Roku no Sakura y conseguir uno! —dijo un aldeano.

Los demás lo miraron con miedo.

—sé perfectamente que en ese lugar... Ningún Haruno salió vivo... Pero es nuestra posibilidad de mantenernos convida... —volvió a decir —por favor, piénsenlo...

Sakura se levantó del suelo y sin mirar a nadie se fue a su casa. La menor sabía los riesgos de ir y conseguir un brote de los seis cerezos, pero también había riesgo de que bandidos o clanes pudieran encontrar el lugar casualmente y lo destruyeran.

Ella llegó a su casa y se sentó al lado de su madre, con la esperanza de que despertara de esa enfermedad.

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En medio de la noche se encontraba una pelirrosa con una armadura y un kimono, varias katanas y otras armas escondidas.

—¡mi niña espera! ¡Sabes perfectamente que nadie sale vivo de ahí! ¡Nadie! ¡No te arriesgues!

—lo siento abuelo, pero si no voy... Todos morirán... Y es lo que menos deseo... Abuelo por favor cuide de mi madre y de la aldea... Yo volveré con el brote de cerezo para todos... Confíe en mi...

Y sin más se encaminó hacia la salida del lugar, donde dos robles se entrelazaban y formaban un hueco, ella pasó por ahí y sin mirar hacia atrás se fue de su aldea para cumplir con su misión.
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Personajes de Kishimoto.

Es una historia que hace años había publicado pero por falta de imaginación no pude seguirla y la elimine, sin embargo aquí la traigo nuevamente. Gracias por leer ♡

MARIAANGELZ.

Jardín de cerezo. (MadaSaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora