capitulo 6

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No puedo permitir que ésto siga como ahora, nada en el mundo cambiará porque yo así lo quiero, esta cosa me está matando pero no moriré antes ni después de probar todo lo que he dicho. Es abrumador la sensación extraña de hormigueo que recorre mi cuerpo, el cuello me duele mas de lo habitual, aun no descubro como lograron la insensibilidad, quizás más bien ¿Como puede un humano tolerar esta cosa? Camino por los pasillos de la base militar, nunca me gustó el lugar, prefiero la ciudad o el exterior fuera de ese tragaluz que intenta hacerla de sol y estrellas, aún no tengo la mas remota idea de como aré que Azura siga mis órdenes no he logrado más que un enlace neuronal pero eso no es lo que quiere Nyström no necesita cerebro sino fuerza, los enfriadores deben estar fallando tengo un calor insoportable, sopor matutino en este hoyo es como todo los demás «los humanos se creen hormigas» aún me causa gracia lo que esa mujer piensa no para ni un instante  pero esa es la razón por la que está vacía por dentro, su cerebro no acumuló mucho sentido propio vivía alrededor de una mentira lo cual es triste porque lo predica con mucho fervor. Evito lo más posible entrar en contacto con las personas pues el sensor enloquece con la ola de información que le llega, desde que tengo puesto el implante siento cada nervio de mi cuerpo y todo va empeorando como esperaba, y sólo tengo tres miserables días...

La base militar se encuentra en un área elevada suspendida en el aire por cables de acero donde también está la plataforma de acceso de los transportadores  desde aquí se controla bien todo lo que ocurre debajo de él y así alrededor en la ciudad repleta de gente común que trabaja para la supervivencia, yo nací en esos lugares, entre callejones estrechos y metal oxidado, comprendo el miedo que la prehumana sintió al ver tal espectáculo, la gran estructura tiene un pilar que la sostiene de la tierra que da lugar a la base subterránea donde Azura estaba confinada, aún no comprendo desde cuando la tolero tanto si antes le tenia asco, puede ser por la conexión neural. El puerto siempre está en actividad, desde aquí puedo ver las luces del túnel que lleva a la superficie por allí entran y salen los transportadores, aquí afuera todo es hermoso después de tanto caminar me encuentro con Ferry con su traje azul impecable como todo buen soldado que es nunca baja la guardia.

—Llegas un poco tarde—aún llevando tapones en los oídos siento el golpe de su vos— te ves terrible...

—Casi no he dormido—le digo muy a mi pesar —no ha sido fácil llevar esta cosa en mi cuerpo—Ferry asiente con la cabeza muy despacio.

—Entonces Fran ¿Que piensas hacer con tu humanoide?—«no lo se» pensé decirlo en vos alta pero reprimí la acción a tiempo.

—Necesitó usar uno de los simuladores—Ferry sonrió abiertamente y se inclinó hacia adelante balanceándose en los talones, sabía que pedía mucho pero debía hacerlo o moriría por desertor que traicionó a su raza.

—En serio Fran tu sabes como divertirte—se acerco a mi con un semblante despreocupado se quitó la gorra azul y la guardó en su bolsillo— tengo que irme ya mi hija espera.

—¿Cuando volveras?—sus ojos condados me decían una cosa pero sus palabras otra.

—Acompáñame, así podrás descansar de toda esta estupidez—probablemente puse cara de horror pues Fran me dio palmadas en el hombro—el simulador será tuyo cuando regrese de la ciudad, cuidate—agregó pasando de largo a mi lado.

La noche en El Agujero es muy reconfortante, prefiere el clima frío la ciudad, parecen un montón de luciérnagas pegadas a las paredes de la tierra, mi celda está junto a la de Azura la escuchó respirar, casi no duermo, la actividad de mi cerebro está aumentando, estoy revisando mis anotaciones, la frustración se apodera de mí «qué estúpido soy» una punzada de dolor recorre mi espina dorsal, cada micro descarga eléctrica provoca un espasmo, las gesticulaciones entumecen los músculos de mi rostro «no puedo seguir así » todo a mi alrededor da vueltas, las paredes blancas amenazan con desaparecer, hay una sensación que revoca en los músculos de mis brazos, me precipito hacia la pared y con salvaje movimiento la hago pedazos, cada hueso se suelda con doloroso fuego hasta el tuétano, me doy cuenta que jamás un humano común podrá ser dueño del poder de un posthumano y aunque eso signifique la absoluta extinción de su raza también significará la nuestra, si no logramos algún avance ésta sensación arrolladora de fulgor en los huesos no es más que una simple metamorfosis, aun recuerdo cuando extraje el extraño aparato de un post humano la cosa se aferraba a toda la extensión de su columna se escondía entre sus huesos y a través de ellos formando una maraña de nervios vivos y con voluntad propia, seguramente ahora saborea mi sangre, los pequeños pedazos de metal se incrustan «el coronel seguramente estará contento con esta prueba» la evocadora sensación de que me estoy deshaciendo por dentro me tira al suelo sobre el metal, me encojo tomando mis rodillas y llevándolas hacia mi pecho, tarde me doy cuenta en un destacamento muy alterado de enfermeras se precipitan hacia mí, seguidamente Azura debe ser la más divertida del lugar al verme tan frágil después de tanto tiempo provocando en ella absoluta indiferencia pero no creo que sea objeto de pena, pues no siente las mayores sensaciones de odio o remordimiento  mucho menos lastima ni alegría solamente confusión y caos gobierna en su cerebro.

—Traigan una camilla hay que levantarlo—la bella Merry dorada como siempre, pone su cara de horror tan típica en ella—pero qué has hecho... —susurra muy cerca de mi cara, los soldados del pabellón me levantan «me siento de plomo » aquel pensamiento provoca una reacción en Azura, «espero que mueras, así no tendré que escucharte nunca  más» sonrío al escuchar la supuesta declaración de odio pero no es más que una frase vacía en su mente.

—¿Éstas loco?—dice indignada Merry— apenas si puedes moverte y estas sonriendo.

Mi recuperación fue rápida, como esperaba el entumecimiento y la sensación de ardor se esfumó tan rápido que apenas recordaba cómo se sentía ¿Estoy comenzando a sentirme normal? ¿Como puede ser algo normal? Este pensamiento me despierta, rápidamente me levanto de golpe, al no darme cuenta que Merry está allí conmigo.

—¿Adonde crees que vas?—me pone una mano en el pecho y trata de obligarme a recostarme pero no lo logra—no te pongas duro conmigo, eso no va a funcionar hombre.

—Yo no quiero que funcione—con la delicadeza que puedo dar me abro camino para sentarme al borde de la cama, Merry está pasmada ante mi reacción.

—Sabes que no puedes salir por tu cuenta, no te lo permiten—sus ojos color miel destellan seguridad pero esta emoción tan...tan estúpida ella no la podrá parar.

—Merry voy a morir de todas formas, no importa cómo, la cuestión es que voy hacer con esto—toco la base de mi cuello, el metal frío me da una descarga eléctrica.

—Fran, yo no sé, pero...—se detiene un momento lleva las manos a mi nuca, no se como pero la siento a través del metal lo cual me causa escalofríos, terribles.

La acción a continuación no es más que instinto, gozoso instinto, tan rara vez permití que alguien me dominara y por esa razón estoy en esta situación atrapado en la muerte segura, en cualquier momento dejaré de existir y el mundo continuará sin mí.




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⏰ Última actualización: Nov 28, 2022 ⏰

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