Estamos en la sala de cine,sentados en las ultimas filas, viendo una película de miedo. En uno de los sustos de la película me escondo en tu cuello. El sonido horripilante seguía sonando, quitándome las ganas de salir de mi escondite. Tu brazo pasa a rodearme la cintura, lo que hizo que una idea cruzara por mi mente.
Empecé a besarte el cuello al principio eran besos inocentes pero cada vez iban subiendo de tono, voy recorriendo con la lengua la base de tu cuello, dejando algún mordisco, hasta llegar al lóbulo de tu oreja, a la par de ir subiendo con mis besos, mi mano se posa en tu muslo acariciadolo, cada vez mis caricias iban más arriba, hasta llegar a tu amiguito, que ya se encontraba despierto, y todo por mí. Me separaste un poco de ti, para poder besarnos con lujuria, tus manos tampoco se quedaban atrás, mientras nos besábamos, tu mano fue haciendo camino por debajo de mi vestido, hasta llegar a mi sexo, que estaba tapado por un tanga, que eso era mas un trozo de tela unido con un hilo. Tus dedos acariciaron mi clítoris por encima del tanga, un gemido se me escapo que pronto fue oculto por unos de tus besos, con cuidado hiciste a un lado el tanga, para poder introducir unos de tus dedos en mí. Busque tu boca para poder ocultar los gemidos que me provocan tus dedos, que cada vez se movían más rápido dentro de mí, jugando con nuestras lenguas, consiguiendo calentarnos más.
Mí mano se encontraba todavía en tu gran amiguito, lentamente lo libere de tus pantalones,lo fui acariciándote la base hasta el glande, pasando mi pulgar por la punta, aumento la velocidad, cada vez aprieto más mi mano sobre el tronco, como si fuera mi canal estrecho. Cuando estas apunto de correrte, me detengo ganándome una mirada de odio por tu parte. Lentamente y con delicadeza acerco a tu amiguito a mi lengua, probando tu sabor salado. Lo voy introduciendo en mi boca, mientras lo sigo acariciando, fijo mis ojos en los tuyo para que el momento sea más excitante. Siento como tu cuerpo se vuelve a tensar bajo mis caricias, como tus piernas tiemblan con la intensidad, queriendo hacer el momento más largo, detengo mis movimientos, para volver hacerlos pero esta vez mucho mas lento. Una de tus manos se encuentra sujetando mi pelo en una coleta para que el pelo no estorbe. No se en que momento, me quitas las riendas de la situación, ahora el que se encuentra besando mi cuello, dejando algún que otro mordisco, tus manos se encontraban estimulando mis pechos, en un movimiento inesperado, bajas la parte de arriba de mi vestido de palabra de honor, dejando al descubierto mi pecho. Estos eran lamidos por tu lengua caliente e húmeda, haciendo que mi excitación aumentara.
No pudiendo aguantar más, me levante y frente a ti me quite el pobre tanga que se encontraba mojado, me senté encima de ti y fui introduciéndote en mi, sintiendo como acariciabas las paredes de mi sexo cada vez que subía y volvía a bajar haciendo círculos con mis caderas. Tus dedos se clavaban en mi cadera para marcar el ritmo.
Un calor intenso se apodero de mi, indicando que estaba llegando al limite, el vaivén de tus caderas me confirmaba que tu estabas igual que yo. Tus caderas van al encuentro de las mías, los movimientos se hacían cada vez más rápidos, más intensos. Gracias a los gritos de las demás personas, pudimos ocultar el nuestro indicando de que ya habíamos alcanzado el séptimo cielo.
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Mis mil fantasías.
FantasyAquí están mis más perversas fantasías. *Solo para mayores de 16. Prohibida su copia. *