Capitulo 3: persecución en el café

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Seguí caminando dentro del apartamento mire el reloj de la pared y apuntaba a las 6 en punto de la mañana.

Prácticamente fue una noche de locura, pero había algo que me intrigaba porque esa mujer me siguió a aquel encuentro y porque me dijo que tuviera cuidado con aquel hombre misterioso. Me volví a sentar en el sillón, me acomode un poco y vi el libro de la celestina que había dejado en la mesita de caoba antes coger la llamada." ¿Cómo de leer tranquilo en la comodidad de mi apartamento, pase a estar en una situación peligrosa? , Jacob tranquilo ¡enfócate!"

Sin más vueltas fui a mi habitación, saque un      T-shirt blanco, unos jeans negros y una chaqueta de cuero negro. Fui al baño me tome una ducha rápida, me lave los dientes y vestí. Sin perder tiempo tome mi celular y Salí de la casa. Necesito ayuda con esto.

Al estar en el porche tuve la sensación de que alguien me observaba, mire hacia al alrededor, pero no había nadie. Quizás todo este rollo me está haciendo tener alucinaciones. Decidí ignorar esa sensación y tome rumbo a la casa de Samantha.

Sam es una amiga de infancia con quien tengo una relación muy estrecha, además es mi colega de psicología. Tiene 22 años. Desde niños nos ayudamos el uno el otro con nuestros problemas laborales o sentimentales, se puede decir que somos inseparables, lo que la hace la indicada para hablarle sobre esto.

El trayecto de mi apartamento a la casa de Sam comprende unos pocos kilómetros. Mientras caminaba no podía alejar de mi mente las imágenes ocurridas en las ultimas horas... "Tenemos que hablar, señor Steel", "Tengo su numero de teléfono y se donde vive señor Steel, no haga tonterías" "Ten cuidado con el ".... Esas frases e imágenes se repetían una y otra vez en mi mente. Esto parece irreal, sacado de una película. Esto no me puede estar pasando... Todo esto debe tener una explicación.

De repente me empiezo a sentir mareado, tengo que parar y sentarme un rato ya los nervios me están afectando. Me siento en una de las mesas de una pequeña cafetería algo a lo estilo tradicional con mesas de madera blanca y manteles de color rojo. El establecimiento tenia un escaparate de cristal donde se podían ver distintas clases de donas y pastelillos. En el interior estaba el mostrador y unas cuantas mesas mas ocupadas por diversos clientes.

Me sente en una de las mesas frente al establecimiento y trate de respirar profundo, inhalando y exhalando.

- ¿Desea ordenar algo?- me interrumpe una joven de piel morena y pelo oscuro, con voz dulce y alegre. A juzgar por su uniforme rosa con rayas blancas y delantal blanco se puede deducir que trabajaba para la cafetería.

- Un cappuccino, por favor- Respondi sin dejar de analizarla. Esta me responde con una sonrisa y se da la vuelta para entrar al local.

Al sentirme más calmado empiezo a admirar el ambiente que me rodea. El ambiente es un poco frio por el otoño y los arboles empiezan a despojarse de sus hojas de tonalidad rojizo . En las calles pasan familias felices y jóvenes en sus skateboards haciendo trucos y compitiendo por mirar quien es mejor, también hay niños corriendo de un lugar a otro y uno que otro padre persiguiéndolo agotado. Sigo paciando mi mirada por este ambiente, y mientras más observo me parece más calmado. Me acomodo en la silla y respiro profundo una vez mas. Estoy exagerando con la situación.. quizás este tomando demasiado a pecho lo que me esta pasando, no estoy pensando como usualmente lo hago. Da risa la situación, el gran Jacob Steel sin respuesta ante lo que le esta sucediendo, simplemente dejándose atemorizar.

Intento sacar esos tipos de pensamientos de mi mente y vuelvo a mirar el paisaje. Cuando poso la mirada en un callejón entre dos edificios de ladrillos, me percato de que hay algo extraño allí, aparto la mirada pensando que estoy teniendo alucinaciones por todo lo sucedido en tan poco tiempo. " Estas exagerando Jacob"- pensé. Pero como la curiosidad puede mas que yo enfoco mas la mirada por ese callejón y aquella figura extraña de repente se mueve. "¡joder!, es una persona ¿Me estarán siguiendo esta vez?". Mi mente vinculaba perfectamente lo que acababa de pasar con lo ocurrido anteriormente. La sola idea de desconocer lo que sucedía, no saber que mas que ocultarme o correr hasta encontrar respuesta me aterraba.

- ¿Señor?- interrumpe la dulce joven, quien estaba sosteniendo el cappuccino que ordene.

- si, ¿diga?- respondo algo tembloroso y apresurado, mientras la joven coloca el café sobre la mesa.

-¿ Sucede algo?- contesta la joven preocupada por mi actitud.

- no, todo esta bien- conteste mientras sacaba un puño de billetes del bolsillo y se lo pasaba a la joven- Tenga, quédese con el cambio- termine de decir , mientras la joven me miraba con cara de sorpresa al ver la cantidad de dinero.

Me puse de pie apresuradamente, sin preocuparme por el dinero y olvidando el café en la mesa. Eche una caminada rápida, " Esto no puede estar pasando... ¿Por qué me estarán siguiendo?". Trato de caminar lo mas rápido posible, chocando con las personas que me rodeaban y disculpándome por ello. Después de varios minutos me doy vuelta para asegurarme de que no hay nadie que me siga, y definitivamente veo el celaje de una persona escondiéndose detrás de unos arbustos. Sin pensar y confiando en mis instintos empiezo a correr, mientras pensaba en diversas formas de perderlo de vista. En ese momento se me ocurrió entrar en una catedral cerca y perderme entre las personas, pero escucho una voz familiar que grita mi nombre. "Sam?"

Me detengo y me vuelvo para comprobar mis sospechas y definitivamente es ella que se acercaba corriendo hacia donde me encontraba. Sam llevaba unos shorts jeans claros y una blusa blanca ancha que oculta su verdadera figura. Llevaba unas zapatillas sin tacs y su melena negra y larga recogida en una coleta de caballo. Su tez es blanca pero lleva la cara enrojecida por el esfuerzo físico.

- ¿Jacob que te pasa? ¿Por que corrías de esa forma? ¿Acaso no escuchabas cuando te llamaba¿- Su tono era una mezcla de preocupación y enojo, además estaba algo agitada como si corriera kilómetros.

- ¿Qué? ¿ Me estabas siguiendo?

- No tonto, te vi corriendo como un maniático y me preocupe y te llame, pero como no me escuchabas tuve que correr detrás de ti- me miro con cara de confusión- ¿Por qué corrías tan rápido?

-Alguien me estaba siguiendo, no se quien era , pero estoy seguro que me estaban siguiendo- respondí algo alterado.

- Tranquilo Jacob, quien sea quien fuera, al parecer dejo de seguirte cuando corrí detrás de ti.

- Supongo- respondí algo inseguro- iba de camino a tu casa, antes de toda esta locura.

- Eso supuse, entonces tenemos el mismo destino- se ríe- Vamos- y se adelanta entre risas.

Una Llamada InesperadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora