Que rayos paso.

Capítulo 2.

Confesión.

Pasaron 2 semanas desde que Sirius me dijera todo eso, y el hecho de saber que le molestaba que otras personas me hablaran y se me acercaran me hacía un poco más feliz. Desde el momento en que se los conté a mis amigos, Lucius no paraba de molestarme diciendo que traía locos a los de la familia Black, y cosas como "a cuantos corazones más romperás, Sev.", pero él no era el único, Cissy se la pasaba diciendo que pronto seriamos primos, ya sea por parte de Reg o Sirius, y yo solo quería que el piso se abriera y me tragara completo.

Reg se mostraba tranquilo o al menos eso me demostraba, ya que cada que el tema salía a conversación el parecía no interesarse mucho.

Los días siguieron pasando y cada vez era más consiente que Black pasaba gran parte de su tiempo lanzándome miradas en cada sitio en el que nos encontraríamos.

Me tenía demasiado incómodo, a decir verdad. Las vacaciones de invierno pronto llegarían y Luc me pidió hablar con él en privado, supongo que se habrá dado cuenta que estaba un poco más ausente de lo normal, me sorprendió cuando me pregunto si tenía que ver con el mayor de los hermanos Black, pude sentir como mi rostro ardía, por aquello que sonaba más a una afirmación que una pregunta.

Me sincere por completo con él, no es que con Regulus no pudiera, era solo que estábamos hablando de su hermano y hablar de eso me hacía sentir incomodo, con Lucius era como hablar con mi hermano mayor, uno muy sobreprotector, pero que me escucharía todo el tiempo que quisiera.

Le termine confesando que sí, efectivamente Sirius Black no me era indiferente; a pesar de todas las bromas que me jugo en el tiempo pasado y que incluso algunas llegaron a enviarme a la enfermería había desarrollado afecto por él, era como esos muggles, que decían desarrollar amor por sus secuestradores o esas cosas por el estilo.

Una vez aclarado el asunto con Lucius me sentí más relajado, y me di cuenta que para aceptar que me sentía atraído por Sirius tenía que hablar con reg, era necesario.

Los campos de quidditch, ese era mi objetivo, siendo sincero mi condición física apesta, me considero más una persona intelectual que alguien que disfrute de andar de arriba abajo, como ellos que prefieren  perseguir pelotas voladoras que te pueden hacer daño, cuál era el objetivo del jugo al final, ayudar a que no allá sobre población dejando muertos tirados por el campo, tal vez.

Por fin llegué, había una disputa pude ver que eran los de Gryffindor y Slytherin, acerca de quien ocuparía el campo, pude localizar a Regulus.

Lo jale del brazo llevándolo conmigo, muchos comenzaron a chiflar y comentar acerca de nosotros, ni haciendo caso y sin importar los murmullos que se quedaron atrás, me senté junto con él en las ultimas gradas, la vista es más bonita desde allá arriba, le empecé a comentar acerca de lo que sentía por su hermano, me escucho sin interrupción alguna, que su rostro no mostrara enfado me empezó a crispar los nervios, estoy seguro que si me hicieran eso a mí yo les estaría enviando todas las maldiciones que me se, pero él solo me abrazo y me dijo que si yo creía que podía intentar ser feliz al lado de su mujeriego hermano el me apoyaría, a veces creo que fue buena opción rechazar a Regulus, no quisiera echar a perder toda la amistad que tengo por el por unos sentimientos que no estaba seguro que surgieran asía él.

Hoy es un día antes de salir de vacaciones, me tomo mucho tiempo de despejar la mente un rato, estuve a punto de bajar en mis materias debido a que solo podía pensar en que rayos pasaría después de lo que haría hoy, pero de algo estoy seguro y so es que debo de estar demasiado imbécil por enamorarme del perro de Black, porque rayos no pudo ser su hermano, incluso Cissy me lo dijo, ella preferiría a Reg antes que a Sirius, pero creo que soy más parecido a mi madre de lo que pensaba.

Le dije a Cissy que citara ella a su primo en el puente cubierto, si yo iba a su mesa, estoy seguro que terminaría lanzándole hechizos a Potter antes de poder hablar con Sirius. Lleva una bufanda cubriéndome la mitad del rostro, era de noche y comenzaba a nevar, estornude, tal vez no fue buena idea citarlo aquí afuera, pronto escuche pasos.

-Cissy, de que rayos querías hablar, pudiste decírmelo adentro y ... Severus ... digo Snivellus que haces aquí, ¿Dónde está Cissy?

Era ahora o me arrepentiría después. Me acerque con determinación, no quería que viera que me sentía demasiado inseguro ante su presencia, pero necesitaba hacerlo.

Solo unos pasos más...

-Que sucede sev...

Lo jalé de la túnica y junté mis labios con los suyos interrumpiendo lo quesea que me quisiera decir en ese instante.

-Me gustas Black.

Lo solté lentamente viendo que se quedó congelado en su sitio pasé a retirarme, primero lento y luego corrí lo más rápido que pude, escuchando el sonido de mi corazón agitado, lo dije ahora solo faltaba una respuesta.

Ver al gran Sirius Black sin palabras y siendo yo el que provocara eso en él, me hizo feliz.

Llevé mi dedo a mis labios y fui consiente... besé a Sirius...

Para ser mi primera vez confesándome a alguien no estuvo mal y saber que ese alguien era Sirius, el perro pulgoso del que llevaba gustándome desde tiempo atrás lo hacía mejor.