Diane era una chica tentativamente normal.
A la cual le gustaban las historias de amor, pero jamás imagino que su vida acabaría con una cuerda rodeándole el cuello, por no lograr ser correspondida.
Zev había sido su fin.
Aún en la muerte seguiría...
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Dicen que el amor de una chica es el sentimiento más fuerte que cualquier otro en el mundo. Cuando realmente estás enamorado puedes dar hasta lo imposible por el amor de tu vida.
También suelen decir que cada historia de amor es diferente, pero la verdad es que todas terminan en catástrofe.
Diane era una chica tentativamente normal.
Le gustaba escuchar música, pero lo que más le apasionaba era leer historias de amor. Le gustaba imaginar que algún día ella se volvería la protagonista principal de uno de sus libros favoritos, y que se terminaría casándose con uno de los galanes de los mismos.
Cuando sintió por primera vez en carne propia las mariposas revolotear en su estómago, jamás imaginó que acabaría su vida colgándose con una cuerda del abanico; por no ser correspondida.
Zevhabía sido su fin.
Ella aun estando muerta, seguía amándolo con la misma intensidad como el primer día.
No sabia si era un castigo o una segunda oportunidad. Pero se había salido con la suya, estaba en su casa, recostada sobre su cama. Y cuando él dormía, ella dormía abrazada sobre su espalda, lograba meterse en sus sueños y se volvía sus más profundos deseos.
Ella sabía que por más que lo intentara él jamás escucharía los "te amo" provenientes de sus labios.
"Ahora soy tu ángel de la guarda. La que fue tu fiel enamorada. Ahora soy la que siempre te acompaña, te cuida, te baña, te ama."
