Sentimientos invisibles

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Bien, eso es todo por hoy... — La voz del profesor me avisa que las clases ya han terminado, pero aun así no me levanto del suelo, aun debo esperar la reciente rutina de Kacchan.

Cuando ya todos se van y el salón queda completamente vacío, Kacchan comienza a hablar consigo mismo, mas bien... Le habla a ese asiento vacío que antes era mío.

No se cuanto tiempo ya a echo aquello, no se cuanto tiempo e pasado en este lugar, de esta forma... Sólo, sin que nadie pueda notarme o escucharme.

Los únicos colores que puedo distinguir son los de Kacchan, todo lo demás solo es gris, un color frío, vacío...

Izuku... — Escucho como me llama por mi nombre —Hoy la clase fue muy aburrida... Ya no quiero venir... — Lentamente se acurruca en mi pupitre y cubre su cabeza con sus brazos —¿De que sirve venir... Si no puedo verte...?

No se cuantas veces ya a dicho eso, y cada vez me sigue inquietando.

Kacchan a cambiado demasiado... Apenas si puedo reconocerlo... Se a apartado de sus amigos, se a vuelto más silencioso, más calmado... Más depresivo...

Si no fuera porque este hilo rojo me ata a él, sin dudarlo pensaría que es otra persona.

Desde el día en que Kacchan se me confeso este hilo me a tenido atado a él, no puedo alejarme mas de tres metros, no puedo cortarlo ni romperlo, tampoco puedo desatarlo o quitarlo, si lo intento mi pecho comienza a doler y Kacchan se empieza a sentir mal...

Nunca me imaginé que estar muerto se sintiera de esta forma... Es frío, triste, a cada segundo me siento inquieto, me afecta la ansiedad, me enloquece el no poder sentir nada, ni siquiera una brisa o el tacto de otra persona... Todo es tan deprimente...

Dime Izuku... — Su voz esta quebrada... Nuevamente se esta aguantando las lágrimas —¿Me odias...? ¿Me desprecias...? — Empieza otra vez —Después de todo... Yo fui quien provoco todo esto... — E perdido la cuenta de las veces que me a echo esas preguntas.

No te odio Kacchan... — Se que no me escucha, pero aun así, tengo la esperanza de que le puedan llegar mis palabras —No fue tu culpa... Que esto pasara...

Es una pregunta estúpida... — Puedo escucharlo sollozar... A empezado a llorar... —Es obvio que me odias...

Siempre que lo escucho decir eso no puedo evitar morder mi labio inferior, me siento tan impotente, tan triste de no poder decirle nada, que mis propias lágrimas comienzan a salir.

(...)

Cuando sus llanto se detiene ya han pasado horas, afuera ya debe de estar oscuro, ya debe ser de noche.

Todo se encuentra en absoluto silencio, hasta que el sonido del celular de Kacchan se puede escuchar por todo el salón.

Es esa vieja bruja...

Debe ser su madre. Siempre lo llama a esta hora, pero Kacchan nunca le contesta

Es hora de irme... — Al fin decide levantarse de su asiento, y antes de comenzar a caminar toca con delicadeza la flor que adorna el florero blanco —Hasta mañana... Izuku... — Se despide con una forzada sonrisa que rápidamente desaparece, y sale del salón.

Empty distance (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora