Heart of Ice. (Chris Evans)

Capítulo 4

Luego de un rato su madre salió, Evans con ella, los dos sonreían, se despidió de ella, me hizo un gesto en forma de despedida, se lo devolví y cerré todos los programas y apagué la computadora, ordené los papeles y me levanté de mi asiento, eran las 10:30pm, estaba cansada tenía que llegar a casa cocinar e irme a dormir. De repente me encuentro con el Señor Evans al frente mío.

— Señorita Bentos, ¿puedo hablar un segundo con usted? —dice, no sonaba amable, pero tampoco, rudo, neutral. Asentí y me dirigí afuera de mi oficina. —Necesito un favor, le explicaré. Mi madre siempre ah querido que yo esté casado con alguien,por mi edad y variadas razones. —tragó saliva. — Necesito que usted se case conmigo.

Me quedé sin respuesta alguna.

¿Yo?, ¿esposa de Chris?.

Debe ser una broma pesada.

Me miraba como esperando respuesta, tenía que pensarlo. Él siempre fue rudo conmigo, nunca se había fijado en mí y necesita que yo sea su esposa, una voz en mi cabeza decía que aceptara, pero por otra parte mi corazón decía que él no era el indicado, 1ero porque era mi jefe, 2do porque no me quiere ni yo a él, y 3ero sería un amor de puro comercial, pero hay que verle el lado positivo, no era por interesada ni materialista, ya que el es millonario nos ayudaría a mí y a mi madre.

Mi madre; estoy segura que saltará de la emoción.

Siempre le ah gustado él para mí, a ella tampoco le gustaba su carácter, pero lo aceptaba, es más ella fue la que me recomendó con Evans, lo conoce mejor que yo seguramente, su madre y mi madre por lo que eh escuchado eran amigas de la infancia, pero nunca la había visto. Estaba confundida, cualquier mujer diría que si al momento, pero esto es complicado para mí. Él no me ama, y jamás lo hará.

— Tendré que pensarlo. —digo, él hace una mueca.

— ¿Por qué —pregunta.

— Por que no lo sé..— suspiré. — Usted es mi jefe, yo su secretaria, sería un matrimonio por compromiso y no por amor, y yo no quiero eso. Aparte no nos conocemos bien. —dije finalmente.

— Lo sé. —hace una pausa. —¿Cómo te llamas?— pregunta curioso.

— Amy. —le digo mirándole a los ojos, eran de un azul potente en ese momento, no sabía como hablarle, podría cambiar de humor repentinamente.

— Amy , ¿puedes para mañana? —pregunta insistente. Lo pensé un momento.

— Señor Evans... yo—digo.

— Por favor, dígame, Señor Evans, lo intentaré. —dice. Mueve su mano para que hable.

— Señor Evans, lo intentaré.— dije finalmente.