[One in a millón] 🎶⛺

《1》

Te vi, eras uno en un millón y te escogí.

Me encontraba caminando despreocupado por el parque de diversiones, recuerdo claramente los gritos de los mayores al estar en la cima de la montaña rusa, y las risas de los más pequeños montados en el carrusel.

Vi tu linda cabellera rubia, tu cabello un poco alborotado por el viento, llevabas un lindo suéter rosa y un pantalón de color negro, tus labios de tono rosa pastel y una leve sonrisa que iba dirigida para un pequeño, de alrededor de 6 años.

Tomabas fuertemente su mano, al parecer se habia extraviado, me pareció ver en tu mirada tanta preocupación por el, aun tratando de consolarlo.

No pude evitar acercarme y ayudarte, por pena me agaché y mire directamente al niño.

- ¿Sabes a donde fueron tus padres? -

- Ellos me estaban esperando, me acabo de bajar de los carritos y no los encuentro -

- Muy bien - sonreí y me pare, te encontrabas viéndome.

- Me llamo Jaebum - dije extendiéndo la mano, dudoso la tomaste.

- Me llamo Young Jae - me encantó, hermoso nombre para alguien tan lindo como tu, eso fue lo que quise decirte. Volteamos a ver al niño al mismo tiempo, este trataba de parar sus lágrimas.

- Creo, que sería mejor pedir ayuda a los oficiales, la estación no está muy lejos y entre tanta gente, no veo conveniente buscar a sus padres - dije, seguido a esto fue tu turno de agacharte, limpiaste las lágrimas del pequeño y sonreiste.

- Bien, es hora de ir con los oficiales, ellos se encargarán de encontrar a tu mamí - me dio tanta ternura al escucharte decir  aquello, no te conocía, apenas y te vi en el parque y ya me encontraba delirando con tu belleza.

Me sonreiste y fue la cosa más maravillosa que he podido ver, tu perfecta sonrisa contrastaba con el azul marino que comenzaba a reinar en el cielo, las pocas estrellas que se notaban y las fuertes luces de la rueda de la fortuna.

- Gracias, supongo - hiciste una pequeña reverencia y afirmaste el agarre de tu mano con la del pequeño, diste la media vuelta y comenzaste a caminar.

Había quedado encantado y embobado, tanto así que no supe cuando te perdí de vista.