El molesto ruido que atravesaba mi ventana se escuchaba cada vez más cerca.
Caminaba de regreso después de comprar diferentes sabores de helado en un supermercado y una fuerte lluvia arrasó destruyendo totalmente mis vasos de helado. Cubrí mi ropa con una sudadera que llevaba puesta y llegue a mi hogar cual molesto oso que aún no le han dado su comida con algunos cubos de hielo amenazando con entrar en mi sudadera.
—Giselle, que milagro, sube a tu habitación para que no tomes un resfriado — la hermana de mi madre me mira solo por un segundo y vuelve a su llamada de trabajo, ignorándome por completo, algo tan común de ella.
—¡Anli!— gritó como una loca madre que acaba de perder a su preciado hijo.
—¿Anli?— pregunta una tía confundida.
Levantó mi flojera de su siesta llevando mis pies hasta el patio trasero de la casa descubriendo un cachorro debajo de un árbol temeroso con sus orejas abajo transmitiendo tristeza, me agacho envolviendo al canino en una manta llena de tela de algodón y lo llevó a mi habitación para que atrape calor.
—Oh, bella, lo siento por eso — abrase a la cachorra para que su pelaje tome la calidez necesaria.
Observo a Chispas acercándose, examinando al canino con profesionalismo, tanto que asusta.
Había pasado más de una hora desde que conseguí refugio para Anli en las almohadas de mi cama, las nubes empezaban a absorber los restos de la fuerte lluvia intentando crear los colores del arcoiris.
La cuenta regresiva para terminar el trabajo de niñera de un cachorro cada vez avanzaba más, yo no podía esperar a acabar este absurdo empleo.
El sol estaba por salir, el desesperante ruido y los sollozos de Anli pidiendo salir a pasear, gastaron mi paciencia, procedí a dar un paseo por el diminuto parque de mi calle.
Luego de varios minutos llegue al parque con Anli en mis brazos, logre observar diferentes razas de perros andantes con sus dueños manipulando sus movimientos con una correa.
Observe las ramas cayendo de los árboles, las bancas, la fuente de agua pero, una chica pelirroja logró llamar mi atención, sus ojos estaban puestos en una enorme pelota de juegos y saltaba con unos niños más pequeños que mi edad.
—Espera aquí, Anli. —
Conserve mi cuerpo detrás de un bote de basura para curiosear al grupo de chicos pero, mis pupilas no evitaron ver a la chica de cabello rojizo.
—¿Asha? —
—¿Giselle? —
—¿Ya regresaste de tu viaje? — cruzo los brazos.
—Si, acabo de llegar — por alguna razón, su sonrisa forzada no me dejo creer su gran mentira.
Con mi lenguaje no verbal , levantó una ceja pidiendo una explicación.
—Bien, te lo explicaré, mi madre tiene complicaciones con su estado de salud y Anli no es buena compañera para resolver esto, necesitaba de alguien que la cuidara durante diez días en tanto buscaba un refugio para ella pero, te encontré a ti, cuidadora de mascotas. —
—¿Me pagarás por cuidarla? —
—Lo que tú quieras — observo su cara durante muchos segundos, ningún rastro de mentira.
—Trato hecho —cerramos el trato con un apretón de manos.
(...)
La cachorra de Asha no paraba de lamer mi cara cada vez que trataba de escribir unas palabras en mi libreta.
—Listo, solo faltan 21 horas — Arroje mi lápiz, me levante y lleve a Asha al patio.
1.- Llegar a Londres.
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Una carta del pasado
AdventureDurante la época medieval, una persona de la tercera edad, Clara Johnson fue vidente durante mucho tiempo, dedicándole cartas y leyendo su futuro a muchos visitantes de su tienda. Mucho antes de morir, Clara busco medidas para exponer el futuro ent...