Shinobi [Naruto One Shots]

[Kakashi] Porque tú me enseñaste demasiado.

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Sinceramente me odio a mí mismo, por no haber podido valorarte como te merecías desde un principio, por haber pensado que eras débil cuando eras mucho más fuerte que yo, por haberte odiado en ciertos momentos, y sobre todo, por haberme dado cuenta de todo ello demasiado tarde.

Desde el primer día que te vi , aquel día de la competición en el que quedé en el primer puesto y tú en el segundo, pensé que eras un perdedor. Alguien que no era merecedor de ser llamado shinobi en algún momento de su vida. Siempre llegabas tarde a todas partes y nunca hacías nada bien, eras patético para mí en aquel entonces. Sin embargo, tu existencia no era de importancia en mi vida. Lo único que quería era ser alguien tan respetado como mi padre, un shinobi que mereciese la pena. Sencillamente, era un idiota.

Recuerdo con bastante nostalgia los días en los que jugábamos en aquel parque hasta el anochecer. También recuerdo la patética cara que ponías cada vez que golpeaba aquella lata para liberar a los compañeros que habías atrapado. A decir verdad eras rápido, pero no tanto como yo. Los atrapabas a ellos con facilidad y yo los liberaba con más facilidad aún. 

"Salvar a mis amigos, ese es mi camino ninja."

Esas fueron mis palabras antes de golpear la lata, dejándote de nuevo con ese rostro de desesperación por haber estado corriendo toda la tarde de un lado para otro. Unas palabras que ciertamente no tardé en olvidar.

Cuando entramos en la academia ninja los profesores no tardaron en notar mi "habilidad" y aquello parecía que te frustraba bastante. Ignoraba el porque. Lo que tú podías conseguir con mucho esfuerzo yo lo podía realizar sin una gota de sudor. Era consciente de la rabia que eso te causaba, y no puedo negar que a veces lo hacía adrede. Para mí solo era un divertimento al principio, cuando todavía guardaba algo de alegría dentro de mí. Pero ambos sabemos que este mundo te arrebata lo que más quieres cuando menos lo esperas, y eso fue lo que me hizo cambiar a peor.

Perdí a mi padre con apenas casi seis años. Él había sido siempre mi orgullo, mi meta en la vida, todo por lo que yo había luchado y entrenado. Quería ser como él, quería que todos me mirasen con respeto al igual que hacían cuando paseábamos por la aldea. Y sin embargo, se quitó la vida por los cuchicheos y lo que los demás pensaban de él tras haber fracasado en una misión por salvar a sus compañeros, incluso los mismos a los que él salvó lo odiaban por haber fracasado en la misión. Me dejó completamente solo en este mundo, tan solo era un niño que no tenía idea alguna de como seguir adelante. Y entonces fue cuando decidí no cometer el mismo error que él. 

No faltaría jamás a las normas básicas del código ninja. Lo más importante para mí eran las misiones, sin importar nada más. Entrené todos los días como si no hubiera un mañana, intentando olvidar el vacío que había en mi corazón. No me importaba nada más que aquello. Y de hecho, pronto conseguí resultados, pues no tardaron en graduarme en la academia, convirtiéndome así en un gennin. 

Tú no conseguiste graduarte hasta un poco después. Yo ya tenía experiencia en las misiones y sin embargo me cambiaron de equipo tras el Hokage decidir que no estaba preparado para aquello. La verdad es que no lo estaba, no por mis habilidades, las cuales eran aptas, sino por mi estúpida mentalidad.

Ni siquiera cuando estuvimos en el mismo equipo con Minato-sensei me di cuenta de lo que realmente importaba. Para nada. Parecía que el destino quería que tú y yo nos volviésemos a encontrar para que así me enseñases una buena lección.

Todos y cada uno de los días te esforzabas para llamar la atención de Rin, aunque ella solo se fijaba en mí, algo que nunca lograré entender. ¿Quién diablos iba a fijarse en un idiota como yo lo era? Por mucho que intentase esquivarla, ella seguía acercándose a mi, y por ende, haciéndote más daño a ti. Sinceramente, nunca me importó que ella no se fijase en tus intentos por llamar su atención. Era algo que me parecía absurdo, el amor no era algo que me preocupase, me parecía más bien algo estúpido.