Capítulo Trece.

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Credence soñó con dragones, y bailes, y fuego-

Oh, el fuego lo sintió.

Podía sentir las flamas lamiendo su piel de adentro hacia afuera con sus puntiagudas lenguas. Se preguntaba si había muerto. Aunque deseaba que no fuera así. Si es de esa manera como la muerte se sentía, entonces por seguro no aguantaría sentirse así el resto de la eternidad.

Pero no solo eso, estaban sus amigos; la gente a la que amaba.

Newt, sus criaturas.

Tina, esposa de éste.

Jacob y Queenie y su boda a la cual había prometido asistir.

Y Percival Graves.

Por lo menos había podido verlo una última vez, a pesar de que fue solo un vistazo.

Pero, ¿qué había pasado? ¿Qué salió mal?

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Percival se mantuvo al lado de Credence.

Todo el día.

Toda la noche.

Por tres meses, mientras Credence estuvo recostado en cama, inconsciente y vendado. Cada vez que caía dormido revivía en sueños lo que había ocurrido.

La manera en que Grindelwald se movió lo suficientemente rápido y en que había utilizado al menor como un escudo humano justo cuando lanzaron ese horrible hechizo. Todos golpearon a Credence.

Y, oh, el cómo su cuerpo sangró.

Estaba débil de cualquier manera. Había estado cautivo por meses; pero de acuerdo a Grindelwald durante los interrogatorios después, al ser capturado por segunda vez, Credence había tenido éxito escapando.

Tras llegar de MACUSA esa noche, Graves había sentido el llamado de Credence; había utilizado el collar. Entonces él, Newt, Tina y Queenie hicieron una aparición allá, y encontraron a Credence poco antes de notar a Grindelwald, e intentar utilizar el hechizo en su contra.

Pero todos golpearon a Credence.

Y ahora el llevaba inconsciente tres meses.

Solamente Graves tenía la mínima esperanza de que de alguna manera, su Credence sobreviviría.

- - - - - 

Credence se dio cuenta de que podía abrir sus ojos. Miró de reojo con ojos bizcos, para que no entrara mucha luz en ellos, previniendo que dolieran. Al rededor de un minuto después, los abrió por completo y revisó el entorno.

Se encontraba en casa. Estaba en uno de los cuartos de invitados, en la cama. Probó a mover los dedos de su mano, y sintió algo en la izquierda. Giró la cabeza y vio la única cosa por la que había querido en tanto tiempo.

Percival Graves.

El hombre dormía, sentado en una silla junto a la cama. Su cabeza descansaba en la orilla del colchón, casi tocando el costado de Credence, y su mano apretaba la del otro.  Bajo sus ojos había unas ojeras marcadas, y había arrugas y líneas donde antes no había ni una sola; haciéndole lucir mayor de lo que era. Ahora tenía más gris que negro en su cabello, mínimo, pero Credence lo notaba. Parecía que llevaba semanas sin afeitarse, dejándolo con una barba de varios días.

Credence trató de sentarse, pero un inmenso dolor lleno su pecho y sus pulmones se sentían como en fuego cuando gritó con dolor.

La cabeza de Graves se alzó de un tirón con sobresalto, y cuando sus ojos se fijaron en los de Credence el también gritó.

Forever Forgotten (Español) [2do Libro] -GraveboneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora