Abri mis ojos y sin sorprenderme vi al techo. Estaba algo emocionado por comenzar a trabajar como Paramédico con la estación 94 de Bomberos en New York. Después de aplicar almenos 4 veces, porfin he sido aceptado y contratado.
Jamás habria imaginado que podría estar en esta situacion. Me acabo de graduar hace 3 semanas, deje todo en mi país y ahora haré una nueva vida aqui. Encontrar un trabajo era casi imposible y mas cuando no eres de este país."Maldición"- grite. Me levante de golpe de la cama pues eran las 5am. Debía ir a correr y luego prepararme para el trabajo.
Me senté en la cama pensando o mejor dicho, dudando si debería ir a correr o no. Pero no tengo de otra, si dejo de ejercitarme, la pereza ganara y me acomodare a no hacer nada.
Corri 10km con el remordimiento de la pizza que comí ayer, pero que mas da, estaba rica. Solo imaginen una pizza con orilla de queso, doble pepperoni, con tocino, jamón y carne extra. ¿Como no iba a tener remordimiento de tal divinidad?
Creo que estoy pensando bastante end la idea de dejar la vida fitness y solo ser feliz. Es lo que mi cerebro piensa cada vez que termino de correr, odio hacer cardio pero es necesario. Almenos para mi, para poder comer sin sentirme de lo peor aunque el remordimiento siga.Regrese al apartamento y me bañe. Comencé a vestirme, y me quede admirando el nombre grabado en la camiseta: Acosta.
Esa camisa azul marino tipo polo, la cual combina con mi pantalón cargo del mismo color. Me encanta este pantalón porque tiene tantos bolsillos y espacios para usar.
Nunca me había sentido tan orgulloso de mi propio nombre o de verme en el uniforme que tanto había soñado. No el uniforme de New York, sino el uniforme de paramédico.
Dejar todo atrás, meses y meses de entrenamiento, desvelo y aprender sobre la anatomía humana para poder ayudar a quienes no podían. Para poder hacer un trabajo que me haga sentir orgulloso de servir a los demás.Llegue al trabajo y me presente a la oficina del Capitan. Un hombre de casi 50 años, de piel oscura, con muestras de canas en su cabeza, se veía como Nick Fury de los Vengadores solo que el si tiene ambos ojos.
"Bueno muchacho, porfin te presentaste y porfin lograste pasar las pruebas. Afuera esta tu compañero y en tu casillero están tus instrumentos de trabajo. Bienvenido a la estación. No me hagas arrepentirme." me dijo con su voz gruesa.
"Le le le le uhumm, le aseguro que no se arrepentira señor, Capitan, señor Capitan." dije casi temblando.
"Capitan esta bien y ve a tomar agua para que se te quiten esos nervios." me dijo mientras me llevaba a la puerta de su oficina.
Estaba 100% nervioso. Un lugar grande, nuevo y todos se veian con experiencia que yo no tenia. Estaba verde. Llegue a mi casillero y encontre un esfigmomanometro, un estetoscopio, una tijera Raptor con su estuche para cinturon y una navaja negra. Todos los instrumentos que puedo llevar conmigo a casa y cuidar.
Me asigno a mi compañero, un señor de 45 años, de piel blanca, robusto, con una barba muy gruesa,ojos azules y serio. Se veía como los vaqueros de las películas pero sin el sombrero. El tenía 20 años de experiencia, ya era todo un veterano. Aparte de yo ser "el nuevo", me sentía como un novato. Trate de mezclarme y alivianar el ambiente antes de salir en la ambulancia a patrullar. Le platicaba sobre comics, los cuales me gustan, pero el no decía nada. Su mirada seria y fría, viendo hacia afuera nada mas."Paciente se queja de dolor abdominal fuerte. Cerca del restaurante chino Fum Lin, ¿Quien libre para atender?" se escucho en la radio.
"Edward y Martin en camino." respondió Edward.
Llegamos al lugar y dentro del restaurante chino estaba un señor bastante robusto y pesado. Pesando casi las 300 lbs. Nos acercamos y el Se veía en dolor y sudoroso.
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Cronicas de un Paramedico
Non-FictionLa vida no siempre es simple. Muchas veces vemos puntos de vista de nuestros seres queridos cuando son atendidos en una ambulancia, pero no logramos ver el punto de vista de quien lo atiende. Mi nombre es Martin y he sido paramedico por los últimos...