Diario De Una Alma Suicida.

polvo de estrellas.

Despues de un par de minutos llego mi papa. Y me subi al auto. Estaba feliz, no sabia el motivo o el porque lo estaba. Habia algo nuevo en mi cabeza que no conocia y eso me hacia sentir mejor.
Cuando llegara a casa tomaria la llave y la usaria igual que la chica. Me habria gustado poder hablar con ella. Solo que no supe la razon por la cual no pude moverme o hablar.
Mientras miraba por la ventana la lluvia se hizo presente. Y el mundo entero cambio su color. Ahora era gris y pesado. Todo el mundo corria para refugiarse de la lluvia. O para no mojarse. Mientras a mi me daban ganas de salir del auto y mojarme.
Un impulso de niño pequeño que juega en los charcos de agua y se divierte. Era muy bonito. Y me gustaba.
Llego un punto donde creo mi papa noto mi felicidad. Y su pregunta me saco de transe
—¿Qué tal te fue en tu cita?—.
Al escuchar su pregunta, fue como si mis impulsos de niño. Se hubieran ido. Y tendria que despertar el mayor y adulto. —Bien, comimos algo y estuvimos charlando. Despues llegamos a ese parque  y ella se fue. Y me llamaste, gracias—. le daba una sonrisa como si eso hubiera pasado.
—me alegra que salgas. Estaba preocupado. Porque siempre estas en casa—.
Su voz era diferente. Ya no era fria y seria. Parecia en un tono mas amable. O sera que la lluvia me hacia creer eso. No lo se.
—gracias. Realmente hay cosas que no conozco. Todavia el mundo es nuevo. Y cada cosa que veo. Me sorprende cada vez mas—.
En un halo de amistad con mi papa. Recorde que el siempre me apoyaba cuando lo necesite. Asi que le di las gracias. Pero como que lo tomo por otro lado. Porque me dijo algo que no esperaba.
Al llegar a casa. Estaba mi madre en su cuarto. Le avise que habia llegado y me dio mi medicamento. Lo tome y me fui a acostar en el cuarto.
Tome el diario. Y en la parte de mi papa. Borre con pluma lo que decia de el.
Y añadi: “Es diferente, si podemos confiar en el”