Sueños.

536 40 3
                                    

Narrado desde el punto de vista de Willy.

Sonreí y le pase ambos brazos alrededor de la cintura, besando suavemente su cuello.

-Samuel.- Le susurré al oído.- Te extrañé, ¿sabes?

-Yo también te extrañe chiqui- Me respondió, inmediatamente dandóme un beso.- Pero… Ya es hora de que despiertes.

Y como si me hubieran tirado un vaso de agua fría, desperté exaltadamente, casi cayéndome de la cama.

Otra vez ese estúpido sueño, joder, que yo no conozco ningún Samuel…

Miré el calendario, ya faltaba poco para que cumpliera veintiún años; cada vez menos…

Recordé durante un instante un sueño que tuve hace tiempo: Eramos Samuel y yo, el me había comprado una tarta con fresas y chocolate, incluso sabiendo que no me gustaba tanto… Y en la tarta ponía “Feliz cumpleaños Guille”. Recuerdo el beso que me dio como si de verdad me lo hubiese dado, recuerdo como me cosquilleaban los labios al despertar. Pero yo no sé de ningún Samuel…

El tiempo pasaba, mi cumpleaños estaba cada vez más cerca y los sueños eran más frecuentes.

Un día antes de mi cumpleaños, tuve un sueño perturbador cuanto menos: Otra vez la típica escena de amor entre Samuel y yo, pero era diferente, él estaba triste. Parecía una despedida. Y no solo eso, también parecía estar ocultando algo. Y “yo” parecía no notarlo.

No recuerdo mucho más, solo que todos lloraban en algo parecido a un funeral.

A partir de ese día no volví a soñar con Samuel.

Hay días que me pregunto si esos sueños que tenía en realidad estaban ocurriendo en algún lado…

Pero simplemente seguí viviendo mi vida, como si no lo hubiese soñado, haciéndome el idiota.

El tiempo pasaba volando, y cuando quise darme cuenta, ya tenía una pareja y un hijo a quienes mantener.

¿Y saben qué más?

Mi superior se llamaba Samuel.

Compartíamos miradas, tenía curiosidad por él y parecía que le pasaba lo mismo.

No hablábamos, nunca lo hacíamos, y aún así, en una fiesta de la empresa terminé acostandome con él.

Lo único que menciono luego de eso es un “Me pareces conocido”.

Nuestra relación había cambiado. Nunca hablamos de los sueños, pero tampoco hizo falta.

Dejé a mi mujer, ella rápidamente lo acepto con la condición de que cuidase a nuestro hijo.

Los días eran divertidos junto a Samuel, pero un día antes de mi cumpleaños treinta y uno, volví a soñar.

Era un accidente de trafico.

Lo ignoré en su totalidad. No quería pensar en esas cosas.

Samuel debía ir a la oficina a por algunos documentos: “Volveré pronto” me dijo no sin antes besarme.

Pero mintió.

Esa misma tarde, en mi cumpleaños, hubo un accidente de tráfico.

Un conductor ebrio habría chocado contra otro auto, haciendo que el conductor se golpeará la cabeza fuertemente.

El conductor que falleció era Samuel de Luque García.

Mi Samuel.

Cuando llamaron para contarme esto, también dijeron haber encontrado un anillo y una carta para mi.

"Guille, estos cuatro años junto a ti fueron maravillosos, no encuentro las palabras adecuadas para agradecerlo. Sé que también lo soñaste. Siento no poder evitarlo. No llores por mi, pues ya no estoy aquí para consolarte, y me partiría el alma eso. Feliz cumpleaños, el anillo es para ti. Quería casarme contigo, te amo, y lo siento mucho, no sabes cuanto."

Hay cosas que se pierden y no encuentras un porque.

Hay obstáculos, que pueden hacerte caer.

Hay momentos en que te entran ganas de abandonar todo…

Desde aquél día busco tus besos en fantasías, en cada sueño que tengo… Daría lo que fuese por estar junto a ti de nuevo…

One-shots Wigetta. (Historias sin nada que ver una con la otra.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora