De anima ostensum est in fine, ut in an exploding stella via lactea

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Hola. No sé quién de los tres vendrá por este libro, solo sé que vendrán por él porque lo aman, aman a Sasuke y no estarán complacidos con una carta de suicidio. Espero que en verdad no la haga porque eso los destrozaría, ya se lo dije una vez.

Mi nombre es Naruto Uzumaki. Esto será raro de escuchar así que si está de pie, por favor, siéntese. Yo soy el novio de su hijo.

Sí, su hijo terminó siendo gay, bueno, quizá no. Quizá si hubiese más tiempo para comprobarlo... eso no importa de todos modos. Yo soy su pareja, lo amo y espero que no despierte en usted malos sentimientos.

Él no está listo para hacer esto pero no creo que sea bueno no hacerlo. Ustedes lo necesitan después de todo.

Sasuke dice que no es el mismo que ustedes conocen y eso me aterra, no quiero que tengan un concepto mal de su propio amor hacia él. Lo amo tanto y ojalá puedan comprender que lo que sea que él decidió, no puedo sino sentirme responsable de todo y al mismo tiempo, estar tan cegado por ese mismo amor como para aferrarme a su cariño. Al más grande cariño que pude sentir.

Sé que estaremos asustados cuando eso suceda y que las cosas pueden salir mal. Pero si él está seguro, comprenderán que no puedo dudar.

Antes de todo esto, quiero decirles que lo cuidaré, lo cuidaré con todo lo que llegue a ser allá.

Ahora, voy a ser lento, usaré lo que vi y también lo que sé de él, lo que pude saber de él. Lo que él me compartió.

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El primer día.

Tendría unos dieciséis o diecisiete años, se veía bastante bien, llevaba un pantalón de mezclilla y una playera sin estampado, lisa, negra. Usaba unas gafas para el sol, lo hacían ver gracioso, como si se tratara de una súper estrella, incluso lo creí por unos momentos.

Me vio, lo miré con más interés, luego me despreció haciendo un gesto despectivo y mirando hacia un hombre mayor, era su padre. ¿Saben? Sasuke admira a su padre pero no por ser dueño de una empresa ni por tener dinero, tampoco por mantenerse recto, sereno y seguro hasta en peores ocasiones. Lo admira porque a veces llega cansado y aun carga a su esposa hasta la habitación, lo admira porque no hay día en que no haya laborado, no hay día en que no haya desayunado con la familia.

Esa tarde en particular, parecía buscar la atención de ese hombre. Lo califique de presumido, debo admitirlo. Yo estaba en silla de ruedas y seguí mi camino moviendo las llantas. Al parecer iba al hotel que estaba a dos establecimientos del departamento donde vivía junto a mi hijo.

Sí, tengo un hijo llamado Menma. Ya hablaré de él un poquito más adelante.

Así lo vi por unas semanas, saliendo y entrando del hotel. Acompañado de su padre o de su hermano. Se veía muy atractivo aunque un tanto hastiado por el sol, supongo, odia el sol ¿no? Se le nota en su cara cuando ve el día tan iluminado. No sabe apreciar la mejor fuente de calor del mundo...

Fue hasta una tarde cuando mi llanta se atoró en un bache que por fin pudimos hacer contacto. Yo intentaba forzar la vuelta o de perdida levantarla con mis brazos, las personas pasaban rodeándome así que no pude darme por enterado de que él se acercaba entre todo el montón. Luego, su sombra cubrió la luz y levanté el rostro. Se los juro, parecía un ángel unos segundos hasta que...

¡Hasta que vi su cara de molestia! Jodido amargadito.

No dijo nada, solo levantó la llanta y la arrastró un poco hasta que me dejó libre. Se talló las manos de la tierra pegada y resopló. Usted comprenderá que un favor hecho con esa actitud en verdad no agrada a nadie.

¿Quién era Sasuke Uchiha?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora