Salió el Sol

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Ya era mañana y Tsukki fue el primero en notarlo, pues un pequeño rayo de luz se colaba entre sus cortinas de dinosaurios con fondo verde, rayo de luz que le daba justo en el rostro. Pestañeó un par de veces y se giró para encontrarse con un precioso Tadashi durmiendo a su lado, todo despeinado, descubierto hasta los hombros y con la boquita ligeramente abierta.
Kei revisó su móvil sólo para observar la hora... "Maldición, ya casi es medio día.", dijo para sus adentros. No tenían práctica ese fin de semana ni nada, pero había prometido a Akiteru ayudarle con el desayuno, pero Tsukishima en realidad no quería ni moverse, no quería apartarse de aquel tierno momento, pero tampoco quería enfrentarse a un interrogatorio con su hermano.

Pensarlo y pensarlo un par de minutos terminó por convencer al rubio que despertar a Tadashi era la mejor opción, así que comenzó a sacudir ligeramente los hombros de Yamaguchi. El chico de pecas al sentir el contacto del más alto sólo volteó su cuerpo más para aferrarse con un abrazo a él, acto que enterneció y sonrojó a Tsukishima al instante. No pudo hacer más que corresponder y dedicarle un tierno beso en la frente a Yamaguchi.
"Que se vaya al demonio el desayuno de hoy..." pensó y volvió a cerrar los ojos para encontrarse a Tadashi en sus sueños.

La hermosa escena se vio interrumpida unas dos horas después por golpes en la puerta, que si bien no eran golpes fuertes, le había sacado un buen susto a la pareja que dormía en la cama muy confortablemente.
— ¡Kei! ~ — Se escuchó la voz de Akiteru detrás de la puerta, no enojado claro, pero algo impaciente, tal vez él sí tenía entrenamiento ese día. —Debo irme ya... dejé un poco de comida en la estufa para ambos, sólo la calientan un poco. No hagan cosas muy malas y cuídense. — Akiteru, a veces, sólo a veces era un poco descarado a la hora de despertarlos (no era la primera vez que Tadashi dormía en casa de Tsukki, por supuesto), y se aseguraba de despertarlos bien. — Y si no lavan los trastes... le diré a mamá todo lo que escuché anoche. ¡Nos vemos Tadashi! ~ — Terminó. Y no lo decía con maldad, tampoco decía la verdad, nunca escuchaba nada, él más bien se imaginaba que tenían pláticas románticas, conversaciones a la época cortesana o cosas así. Sí, Akiteru aún los veía a ambos como unos niños. Sabía, claro, que se amaban demasiado y que era probable que fueran pareja, pero él aún creía en su inocencia.
Claro, ambos jóvenes del otro lado de la puerta no sabían eso, así que enrojecieron instantáneamente, más Tadashi quien acababa de despertar y lo primero que escuchó había sido aquello.
— ¡A-Adiós, nos vemos luego y g-gracias! —Respondió Tadashi, sin poder evitar un tartamudeo provocado por la vergüenza y su lengua recién despierta. Y al escuchar la puerta de la casa cerrarse ambos soltaron un largo suspiro de alivio. —Tsukki... —Volvió a hablar el más bajo casi en un susurro, mirando a Kei.
— ¿Sí?
— ¡Ya es muy tarde! —Gritó al tiempo que checaba la hora en su móvil también. — Tengo que ir a entrenar con Shimada-san en media hora... —Mencionó sin darse cuenta de caos que ocasionaría dentro del rubio. —¡Prometo venir después y ayudarte con algo de la casa! ¿Sí? —Decía todo esto mientras salía de la cama y se vestía nuevamente.
Tsukishima... él no sabía en qué pensar, en cuál de todas las razones por las que estaba enojado sería la más coherente para utilizar en defensa propia. Que Yamaguchi se fuera sin notar el lindo gesto de haberse permitido dormir a su lado unas horas más, que un entrenamiento con Shimada fuese tan importante, más que él o no haberle dado un beso de buenos días. El rubio se sentía tonto por pensar todas aquellas cosas, por lo que no protestó nada. Sólo calló. Se puso de pie y también comenzó a vestirse. Se adelantó a Yamaguchi y salió de la habitación sin siquiera mirarlo.
Tadashi, claro, notó esto así que siguió al más alto hasta la cocina. Kei se había colocados sus gafas y había comenzado a calentar el desayuno, ignorando completamente a Yamaguchi.
— Tsukki... —
— Se te hace tarde, ¿no? — A secas lo comentó y fue como una navaja rasgando el corazón de Tadashi. No tenía idea de lo que había hecho, y después de que había sido Kei tan lindo. No le molestaba que fuera frío, para nada, pero le dolía cuando lo sentía diferente. Llevaban mucho tiempo juntos y claramente, Tsukki estaba molesto. Tadashi quería preguntar el por qué, pero en serio debía practicar más y más, y él único que manejaba a la perfección la técnica era Shimada, además se había quedado sin batería para posponer el entrenamiento o algo.
Finalmente Yamaguchi suspiró un poco decepcionado, después de todo, esperaba un beso esa mañana.

Ambos estaban muy felices por tantas declaraciones de la noche anterior, pero al salir el Sol, las cosas cambiaban. Tsukishima debía aprender a decir las cosas, debería aprender un poco más de sus propios celos...

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⏰ Última actualización: Jun 26, 2017 ⏰

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Tsukishima y las Estrellas en YamaguchiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora