Salida

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Solté un quejido de esfuerzo al levantar y quitar la tapa de la alcantarilla, había tardado días en salir de ahí, me precipite a salir lo más rápido que pude y me deje caer sobre la arena con los ojos cerrados y la respiración pesada, al fin respiraba aire puro o bueno, uno mejor que el de ahí dentro.- Oh...-volteé para estar boca arriba y dejar que mi cuerpo respirara mejor, a pesar de tener los ojos cerrados podía ver la luz del sol, los abrí con cuidado y los cerré en un instante encandilada por la luz, me puse el antebrazo sobre los ojos, me sentía fatal, luego de unos minutos me senté y revise mi cuerpo y ropa; desecha, sucia, mojada. Cuanto daría por una ducha, me levante de la arena sin siquiera molestarme en sacudirla de mi ropa y comencé a caminar mirando a mi alrededor, tratando de descifrar mi ubicación, había caminado dos días por los alcantarillados que en estos tiempos apenas si eran usados para algo (>>Puesto que no hay muchas casas ni lugares... ni agua<<) buscando una salida y al final encontré una, en el medio de la nada.

Durante el día los zombis son más pacíficos, se esconden en las zonas más oscuras, casi como si el sol les quemase aunque eso no implica que no habría algunos merodeando por los alrededores, mientras avanzaba tenía la certeza de que los pocos que veía por ahí notaban mi presencia pero, por alguna razón no me atacaban. La Ironía, de seguro era por mi aspecto demacrado y mi olor a podrido, seguí caminando hasta encontrar algunos recintos abandonados, quemados o destrozados y entre en el que me pareció más conveniente, quizás encontraría ropa o algo de agua... No lo sé, pero no me quedaban muchas opciones.

Abrí la puerta de madera con cuidado de no romperla por el pésimo estado en el que se encontraba y descubrí el interior de lo que parecía haber sido un sitio para pasar el rato o algo así, había una especie de sala de estar con un sofá y en el techo un ventilador que no funcionaba, lámparas sin bombillas y un pasillo que llevaba a dos puertas.

Comencé a adentrarme en el recinto con cuidado y tome una tubería que estaba en el suelo para poder utilizarla como algún mecanismo de defensa en caso de encontrarme con alguno de mis amigos los no-muertos, observe todo a mi alrededor y no vi nada de interés resaltante; latas vacías y linternas sin bombillas, lo usual. Me dirigí al pasillo sin observar nada fuera de lo común, todo podía verlo con claridad pues el recinto no tenía techo en sí, y la luz del sol se colaba entre las maderas rotas, abrí una de las puertas y me encontré con una habitación, me apresure a acercarme a lo que creía eran unas ropas sobre la cama.

-¡Si...! –Celebre sola mientras hacia la tubería a un lado y comenzaba a desvestirme y limpiarme como podía con las sabanas de la cama, me puse la ropa. Una camiseta manga corta y un pantalón de jean desgastados, era mejor que el vestido sucio y ensangrentado, mientras terminaba de ponerme los zapatos que estaban en el suelo escuche movimiento proviniendo de la habitación de antes, eso encendió de nuevo mi alerta y tome la tubería con cuidado de no hacer ningún movimiento brusco.

- ¡Agh! –Compartí un grito unisonado con un hombre que estaba en esa habitación y que al verme me apunto con una pistola que llevaba, me tomo creo yo, solo unos segundos reconocerlo y parece que para él fue igual.- Julio... -baje mi guardia sintiéndome algo aliviada.

-¡Kat! –Se acerco a mi con una expresión entre atonito y emotivo.- Pense que... Bueno todos pensamos.-

-Lo se... Pero no es asi, me escape... hace dos días, he estado vagando por los alcantarillados abandonados desde entonces...-Note que mi voz sonaba algo débil, y lo vi guardar su arma.- ¿tienes algo que pueda ayudarme?

Vi como una sonrisa se dibujo en su rostro.- No tengo nada encima linda, lo siento –Dijo mientras alzaba las manos con aires divertidos.- pero hare lo que pueda.

Los RilliumsWhere stories live. Discover now