Since I Saw You [Sujin]

27

Mire a Jin. Estaba muy atento a mis movimientos y no parpadeaba.

Aclaré mi garganta.

–Después de eso, llame a la policía y al hospital. Me quedé con Hoseok esperando la llegada de ambos–suspire y meneé la cabeza varías veces para evitar las ganas de llorar–. Cuando llegó la ambulancia, estaba cubierto con la sangre de Hoseok y él estaba delirando.
>>Antes de que lo subieran a la ambulancia, lo mire y él a mí... Luego aparte la mirada y vi que los policías venían hacia mi. Preguntaron qué había pasado. Lo conté todo.

Jin seguía escuchando y mirando con atención.

–Después de una semana encontraron a Junho. Había huido a Busan. Le dieron quince años... Pero, no sé cómo, le redujeron la sentencia...–suspire y mire mis manos. No podía mirar a Jin a los ojos–. Cuando el salió, me prometí que no me relacionaría con él nunca más.
>>Todos estuvimos muy tristes. Claro, es lo natural. A quienes más afecto fue a Mejiwoo, la hermana de Hoseok, a Jimin y a mi. Estuve sin salir con nadie por mucho tiempo... Hasta que te conocí.

–Yo... No tenía idea–sentí como apretó mi mano.

–Jin... Lamento no habértelo contado antes, pero es que tenía miedo de que volviera a pasar...

–Pero... ¿Cómo volvería a pasar?, Junho no podría matarme... Además, dices que no te relacionaste con él más.

Tiene razón, idiota.

–Yo... soy algo paranoico.

–Lo sé.

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Después de haberle contado todo a Jin, decidimos empezar a empacar. Yo tenía ropa en su casa y eso fue todo lo que lleve. Mañana pasaría por lo necesario a mi casa para que me dejen subir al avión.
Estábamos guardando la ropa de Jin en una enorme maleta, cuando, de repente, siento peso sobre mi espalda.
Me giré y vi los cabellos rubios de mi novio caer sobre mi hombro. Sentí como sus brazos me atrapaban, abrazando mi pecho.

–YoonGi...–dijo casi susurrando.

–¿SeokJin?–el rió. Sentí el movimiento de su respiración en mi espalda.

–Jin... No pensé que volverías a llamarme así...–su voz se escuchaba cansada.

–¿Quieres ir a dormir?–sentí como movía su cabeza en señal de afirmación.
Me volteé con cuidado para que él no se cállese y me tirara a mi también.
Nos miramos. Me tocó una mejilla con suavidad y sonrió.

–Te amo–le dije. Él acercó sus labios a los míos y nos unimos en un beso cálido, cariñoso.
Al separarnos, Jin se enderezó.

–Vamos, mañana será un día ajetreado–le tome la mano.

–Si, tienes razón.