TEEN WOLF | Stiles Stilinski™

5. Ahora somos familia

Isaac POV

Después de dejar a _____ en su casa, eran pasadas las 4 de la madrugada y yo me encontraba deambulando por las calles de Beacon Hills sin intención de volver a casa, aunque ese lugar era de todo menos mi "casa". A decir verdad no quería volver, no quería volver a sufrir palizas, golpes e insultos por parte de mi padre, porque si de algo estaba seguro era de que cuando volviese, volvería a maltratarme, como cada día, sin motivo alguno.

Caminaba por las calles oscuras, sin apenas gente en ellas, exceptuando aquellas personas que estaban de fiesta y tenían pensado volver al día siguiente. Bares y pubs nocturnos estaban abiertos a pesar de la hora, y aunque dudé un momento en si entrar para beber y desahogar las penas un rato, decidí pasar de ello, por muy prometedora que sonara aquella propuesta.

Seguía caminando mientras pensaba en ella, ______.

No sé el por qué pero una sonrisa se plasmó en mi cara instantemente al pensar en ella. Estaba segurísimo que su cara me era familiar, la había visto antes, no sé dónde, ni como, ni porque, no sabía nada, joder, y me fastidiaba, pero estoy seguro que la había visto antes.

Pensé que tal vez fui muy paranoico y quizá le haya visto antes en el instituto por los pasillos, (ya que me dijo que íbamos al mismo instituto), así que decidí dejar ese tema de lado.

Me fijé en la hora que marcaba mi móvil, 4:37 am, y supe que muy a mi pesar que tenía que volver a casa, por mucho que no quisiera.

El camino hacia casa fue silencioso, claramente, porque no me voy a poner a hablar yo solo como un idiota.

Tenía miedo, no soy de expresar mis sentimientos, pero era verdad, estaba acojonado, porque sabía que mi padre me golpearía, otra vez, y eso claramente, no te hace querer ir a casa.

Iba andando lentamente, sin ganas de llegar, pero, a la vez, con unas ganas inmensas de que se acabara esta noche para que los castigos de mi padre hayan terminado. Aunque yo sabía, que nunca acabarían por completo.

Estaba enfrente de mi querido hogar, y lentamente e intentando no hacer ruido, abrí la puerta. Me asomé con cuidado antes de entrar, estaba todo oscuro, no había nadie. Sonreí aliviado.

Cerré la puerta con máximo cuidado y encendí la luz, pero en el momento en el que me giré para ir a mi habitación, vi a mi padre, enfrente de mí, enfadado, y perdí la sonrisa enseguida.

-¿De donde vienes?- preguntó mirándome mal.

-Emm... acabo de venir de... emm, he ido a por un café... y después...- intenté explicarle sin que se enfadara, pero fue en vano.

Antes de acabar la oración, cogió el vaso que había al lado de una botella de vodka, indicándome que había vuelto a beber, y con fuerza me lo lanzó.

Rápidamente, me intenté proteger con mis brazos, pero era demasiado tarde, ya notaba la sangre caer desde una de mis cejas hasta llegar a mi pómulo. Ya notaba la primera de mis lágrimas caer, ya que, aunque me costara admitirlo, sabía que esto solo era el principio de mi castigo.

***

Ya había amanecido, supongo, ya que estoy a oscuras y no logro ver nada.

Aun notaba las lágrimas secas en mis mejillas, había sido horrible, como todos los días. Intenté moverme, pero estaba esposado y no podía, imaginaros el panorama, un chaval claustrofóbico, dentro de un congelador, esposado, sin apenas poderse mover, con una ceja sangrando y con lágrimas por la cara, patético, ¿verdad? Bueno, bienvenidos a mi vida.