ㅤㅤㅤㅤㅤTaku casi nunca le toma interés a algo, todo siempre le resulta aburrido.
ㅤㅤㅤㅤㅤEl chico nuevo no deja de ver su móvil por nada del mundo.
ㅤㅤ«El aburrimiento se cura con curiosidad. La curiosidad no se cura con nada...»
...
❝ Las sorpresas, lo mismo que las desgracias, rara vez vienen solas. ❞
➥ Oliver Twist (1839), Charles Dickens
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Después de nuestro infructuoso y poco virtuoso intento por conseguir el secreto tras el chico nuevo y su teléfono, Atsuki y yo decidimos descansar de todo ello bebiendo una copa como buenos amigos. Era una costumbre nuestra el beber un poco ciertos fines de semana para relajarnos de todo el estrés académico. Probablemente no sea lo más apropiado pues aún no nos graduábamos de la preparatoria, pero eso eran mínimos detalles. Al igual que mentir y decir que éramos mayores de edad cuando para eso faltaban algunos meses aún. Además a Hanamiya parecía no importarle, sin mencionar que nos conocía desde hace años, por lo cual quiero creer que nos tiene aprecio y por esa razón nos vende alcohol sin alguna clase de objeción; o tal vez solo quiera más ganancia para su negocio, pero recalco: eran mínimos detalles.
Entre copas solíamos hablar de todo y nada a la vez. Era un habito hablar entre líneas, eso, o que Atsuki y yo nos conocíamos bastante bien para entendernos con un par de palabras nada más. Bueno, también había que reconocer que lo conozco desde niño. Mismo niño introvertido que haciendo gran esfuerzo se acercó a mi pidiéndome jugar con él.
Y ahora ambos brindábamos por cualquier cosa, por más que fuera tonta: por nuestros padres, por su hermana, por su ex novia, por la escuela, por Meto y su fetiche con cosas raras y adorables, por MiA la diva, por Ruki el gran sempai, por las clases que eran un asco, por la chica de segundo que siempre me coqueteaba, por las cuerdas que perdió, por su obsesión por los piercing, por Chizuru el mejor presidente de salón, por la profesora Lin y su atuendo estrafalario, por el chico nuevo...
El chico nuevo...
— ¿Sabes? Algún día conoceré el secreto tras ese aparato —dije estando ya un poco mareado—. Algún día, ya lo verás.
— ¿Sigues con esa idea? —Preguntó balanceándose en su asiento— Si sigues así pensaré que ese chico te gusta —y empezó a hipar entrecortando sus risas que a los segundos acompañe.
—Puede que llegue a gustarme después —hipé—, pero primero... ¡A POR SU CELULAR!
Y levante mi copa invitando a todos los presentes del lugar a festejar conmigo. Indudablemente, lo hicieron y al segundo todos aplaudimos como si festejáramos el descubrimiento de una maravilla jamás encontrada. Aplausos y risas, alcohol y más alcohol. Probablemente no era una buena idea beber de manera tan descuidada, mi visión empezaba a fallar, mis piernas ya no me respondían como yo quería y mi boca soltaba cualquier estupidez que provocaba que tanto Atsuki como yo, carcajeáramos a más no poder.
—La luna esta cuadrada —hipé—, porque se ve tan enojada.
—Ya cállate intento de Tamura* —y sentí como me golpeaba en el hombro haciendo que todo mi centro de gravedad se vea inclinado hacia la derecha.
