Recuerdo esos besos que recorrieron y alebrestaron mi piel.
Tantos nombres que ya olvidé,
junto con las promesas del «por siempre»,
las risas que ahora enmudecen en mi cabeza
y los ojos que ya no me miran.
En la vastedad de las sábanas de mi cama los recuerdos
llueven.
Pero como una vieja amiga la soledad me arropa
cálidamente.
Le confieso que no esperaré al amor azul,
que seguiré buscando ese lugar que mis sentidos reclaman
y ahí viviré el resto de la vida que tenga vivir.
Si quieres pasar solo de visita, amor azul...
mejor sigue tu camino.
Si quieres quedarte, amor azul...
las puertas abiertas siempre estarán.
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El hombre que piensa dos veces
PoetryLa vida es un camino que no es recto y está lleno de obstáculos.