Ismael

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Su usuario es @Darth_Neyko

Este chico es algo especial, llego al grupo para alegrar lo de maneras diferentes al igual que mi vida. Es alguien super creativo y servicial. Cada una de sus obras tienen algo que la distingue y se esmera en cada uno de los escritos que crea y su esfuerzo vale la pena.

Tiene varias obras en su perfil "Mente distópica" que es uno sobre relatos de terror, "Recuerdos Carmesí" es sobre vampiros y algo de picardia y su otra obra es "Mi pócima de amor" que es sobre romance yaoi. Le gusta escribir terror, aventura, ciencia ficción y romance.

Aquí les dejamos uno de sus escritos...

Pasaban mas de las once de la noche,  y yo en mi habitación terminado mis deberes de la universidad, sentía como el sueño me vencía poco a poco llegando a un punto en el que estaba mas dormido que despierto, cabeceando en el aire sentado en la silla giratoria la cual gire para mirar a mi cama y disponer me a dormir, no sin antes despojarme con pesar de todas mis ropas quedando solo en boxers.

-Mañana terminaré esta mierda- dije con mucho pesar en mi voz somnolienta, bostezando del increíble cansancio que tenía por la investigación “En equipo” que me tocaba hacer todo a mi.

Casi en el instante que me cubría con las sábanas, me estaba durmiendo casi en seguida que me acosté y mi cara tocaba la suave almohada hasta que luego de un rato como si solo fue en segundos me desperté, -Maldito insomnio- susurré con molestia.

Pero antes de que pudiese hacer algo, escuchaba arañazos muy cerca de mi, mi mala visión n esos momentos aunado a las poca luz que entraba por mis ventanas, apenas podía ver hasta mi escritorio.

Me levantaba de la cama lentamente, sin causar ruidos para tomar mis lentes y pude ver con mas claridad una figura en mi escritorio, una figura encapuchada de baja estatura moviendo las manos en mi escritorio, pero al observar bien noté que él era la causa de ese molesto ruido.

-Hey- dije en tono alto con molestia -¡¿que haces aquí?!-

La pequeña figura para en seco poniendo sus manos a sus costados. Yo percibía un olor putrefacto, como de animal muerto, y un pequeño goteo , cuando me decidí para ir a hablarle este giro lentamente la silla, haciendo un sonido chirríante dejando ver un poco de su cara que goteaba un liquido qué pensé que era agua, ya que sus ropas se veían húmedas.

Cuanto más giraba, empezaba a tomar forma, su rostro es el de un niño con una cara pálida con tonos azules pálidos, sus ojos negros por completo con pequeños orificios en una de sus mejillas, de la cual salían pequeños gusanos blancos, que recorrían si pequeño rostro inexpresivo. Pero verlo detenidamente me causaba miedo, un miedo que paralizada mi cuerpo.

-No puede ser él…- susurré

Justo cuando creía que era todo lo que podía pasar y no ser peor, sonrió de oreja a oreja mostrando sus amarillentos dientes, con pequeños orificios en las encías, haciéndome retroceder unos pasos mientras que el pequeño se levantaba, caminado lentamente, escuchando unas pisadas húmedas, dejando un rastro de un líquido negro.

Me sentía acorralado cuando faltaba espacio, acercándose a mi, quedando muy cerca el uno del otro, levantando su rostro para mirarme parecía tan feliz al igual que sádico la manera como me miraba.

-Quieres jugar primo- su voz es la misma que tenía hace años, la ropa una simple sudadera negra llena de moho que le llegaba casi hasta las rodillas, dejando ver sus piernas sin bello alguno con moretones y parte de su carne carcomida, haciendo la pestilencia mas intensa.

Cuando dijo esas palabras, sabía quien era, sabia que es lo que quería. Cuando me enfocaba en mis pensamientos únicamente, el se acercó dándome un beso el cual me produjo náuseas por el horrendo sabor a putrefacción. Cosa que me hizo despertar de golpe en la cama, muy exaltado que en un punto me dieron ganas de llorar por desesperación, y remordimiento.

Pasaron como veinte minutos desde que estaba llorando, cuando decidí levantarme de la cama, para darme una ducha fría que relaje mi cuerpo, pero cuando estoy en la puerta a punto de abrirla, dirijo mi mirada al escritorio viendo unos rasguños que formaban palabras, que me hicieron que saliera con un gran miedo de mi habitación.

“Siempre estaré a tu lado Daniel”

Eso, solo significaba que mis pecados siempre me acompañarían de por vida, por cometer un acto tan cruel, como lo es él matar a alguien para ocultar toda evidencia de algo por lo que me puede costar la misma vida.

Conócenos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora