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Jamás pensé que sería un problema cuando en su piel dibujé mi huella. Yo no busqué enamorarme de él. Pero la vida es tan jodida que ahora ando loca en este dilema porque no puedo vivir sin él. Y él tampoco quiere dejarme.

Y es que lo quiero tanto que cuando me besa se me va la vida, se me envuelve el alma frente a sus caricias, solo quiero hacerlo mío, más mío, solo mío... Pero entonces recuerdo que me espera en casa aquel que yo amo, que con fiel esmero siempre me ha cuidado.

Que me quiere, que me mima...

Diosss. Nunca en mi vida me había sentido tan avergonzada de mí misma, y al mismo tiempo tan feliz. Conocer a Gray Fullbuster ha sido de las mejores cosas que me ha pasado en la vida, pero casarme con Lyon Vastia ha sido de las mejores cosas que me ha pasado en la vida.

Sí..., así de complicado.

En esta historia no hay un lado bueno ni un lado malo. Lyon se ha portado super bien en nuestros años juntos, me ha querido hasta hartarme, ha sido el hombre más dulce que alguien se pudiera imaginar y el sexo entre los dos nunca estuvo mal. Solo hay un problema que siempre estuvo metido entre nosotros: el tiempo.

Ambos trabajamos en profesiones complicadas y esclavistas, muy pocas veces tenemos tiempo, la falta de sexo a veces llega hasta al mes, y surgen muchos, muchos olvidos.

Ese día era mi cumpleaños, Lyon no lo había olvidado, nunca lo había hecho. Pero sí olvidó que esa vez lo necesitaba. Yo estaba en una feria de Marketing fuera del país, llevaba más de una semana fuera; la feria no estaba siendo fructífera para nuestra empresa, surgieron muchos problemas, yo estaba estresada y lo necesitaba. Necesitaba a mi amor conmigo. Hacía días, incluso antes de la feria, que Lyon y yo no intimábamos.

Unos dos días antes de mi cumpleaños le había dicho que lo necesitaba, le pedí que viniera conmigo como un regalo ese día. Él me había respondido con miles de palabras hermosas y un «por supuesto» rotundo porque estaría la mitad de ese día libre e iba coger el primer avión para venir conmigo. Pero el día llegó, me felicitó por teléfono, sí, pero nunca mencionó nada del viaje, ni siquiera me preguntó qué iba a hacer en especial ese día. Nada.

Así que me cabreé.

Básicamente yo estaba sola en ese lugar, sin amigos íntimos con quienes celebrar mi cumpleaños. Así que me fui a una Discoteca. Las tres primeras cosas en mi lista para quitar el estrés y la amargura es el alcohol, el baile y el sexo. Esa noche yo iba a por solo dos cosas, y terminé llevándome las tres completas.

Conocí a un morenazo llamado Gray Fullbuster, que, para mi sorpresa, también hacía parte de la feria. Al principio de la noche no hablábamos más que de estupideces. Yo sabía que él buscaba acostarse conmigo, sabía que estaba mal no cortarle el rollo de una vez y alejarlo, sabía..., sabía..., sabía...

Pero había decidido ignorar esa parte común y centrarme en lo que estaba sintiendo. En lo extraño que era.

Hacía mucho tiempo que un hombre no me cortejaba, que no trataba de impresionarme, que no me seducía con su cuerpo y con palabras sucias. Nunca nadie se las había arreglado para ponerme la canción de cumpleaños en una discoteca y, en vez de avergonzarse por los abucheos, reírse de ello porque por mí valía la pena. Nunca me había sentido tan confundida con respecto a un hombre; no sabía si Gray solo buscaba sexo o de verdad le interesaba. Y nunca antes me había sentido tan..., diferente. Llena. Atrevida.

El sexo con Gray esa noche no fue nada fuera de lo convencional, no lo hicimos toda la noche ni mucho menos tuvimos miles de posiciones por todo su apartamento. Solo fue un polvo, una posición, un orgasmo. Pero fue la sensación más intensa que jamás había sentido en mi vida. Yo no conocía lo que era el ansia, el hambre, el placer incontrolable solo por el contacto de otra persona.

Solo por el contacto de Gray.

Pero eso no justifica el que le haya sido infiel a Lyon. El que le siga siendo infiel a Lyon. El no pudo haber estado en un momento de necesidad emocional, pero eso no lo convierte en un mal hombre o mal esposo. Si bien Gray me hace sentir cosas diferentes a Lyon, pero Lyon también me hace sentir cosas diferentes a Gray.

Lyon es dulce, Gray es parco en palabras. Lyon siempre antepone mis sentimientos a los de él, Gray hace que yo le necesite. Lyon siempre está sonriéndome, incluso se le es difícil discutir; Gray solo sonríe a veces y su humor es muy delicado. Con Lyon no necesito esforzarme mucho a nivel emocional, con Gray tengo que sacar un carácter que yo no sabía que tenía. Y me gusta. Me gustan las relaciones de ambas partes.

Corrijo: en esta historia sí hay una parte buena y una parte mala. Lyon y Gray son los buenos, y yo soy la perra mala.

Dios mío, ¿cómo hago en este dilema?

Siento que uno es cielo y el otro estrella. No tengo fuerzas para decidirme.

«Voy a dejar que los dos me quieran...»

Esa vocecita maligna que susurra tales palabras en un rincón de mi conciencia y que a pesar es un susurro, logra acallar todas las demás voces que me dicen que tengo que parar.

Y yo sé, soy consciente que está mal. Soy consciente que no puedo amar ambas partes, que no pueden siquiera gustarme. Soy consciente que le estoy siendo una perra infiel a Lyon cuando él no se lo merece, y soy consciente que estoy convirtiendo a Gray en mi amante cuando él seguro cree que estamos en una fase de noviazgo. Pero que sea consciente no me da las fuerzas para alejarme de esta situación.

No quiero alejarme de Gray.

No puedo alejarme de Lyon.

¿Pero en qué clase de dilema me he metido?


↡↡↡

Esta historia supercortita es una inspiración de la canción «El dilema» de Silvestre Dangond. Es del género Vallenato, generalmente escuchado en Colombia. De donde vengo yo.♥

Si tienes curiosidad por la historia quiero pedirte por favor que no te hagas ilusiones de poligamia o poliamor o versus o algo parecido. Serán cuatro capítulos precisamente porque la inspiración me dio para algo corto pero sustancioso.

Dicen que si a uno principalmente le gusta lo que hace, le transmitirá ese gusto a los demás. Y a mí me ha encantado lo que he escrito, así que espero de verdad transmitir ese mismo sentimiento jajajaj.♥


¡Muchísimas gracias por leer esta historia!

El dilema ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora