Había pasado una semana de la fantástica cita con Kurt, todo iba bien y la verdad es que me encantaba la nueva casa, aunque al principio me pareció un poco excesivo por parte de Kurt, ahora la miraba como un Hogar perfecto para criar a un par de gemelos.
Cocinaba mientras escuchaba música, Kurt vendría temprano y quería tenerle una buena cena, nuestra relación se había convertido en una unión muy especial, Kurt era el hombre perfecto para mi, para ser el padre de mis hijos a pesar de las estupideces que puede llegar a hacer. Kurt era un chico trabajador a pesar de las tonterías que hace, desde la mudanza todo era diferente, ya no venia tomado y dedicaba más tiempo a sus hijos y por supuesto que a mi, la siguiente semana toca cita con el ginecólogo, cinco meses, sexos de los bebés, ambos estamos muy emocionados y Kurt y yo iremos, además que mi madre se unirá a la fiesta, de verdad es que estoy muy emocionada por saber que serán, Kurt quiere dos pequeñas niñas y yo quiero dos pequeños niños, y mi madre, apoya totalmente a mi novio, mientras que mi hermano me apoya a mi.
-Ya vine!- Kurt entro a la cocina tomando un pan tostado y luego besando mi cuello mientras quería pellizcar mi comida, pero con la cuchara le golpee las manos - Eso duele Maggi
-Si duele, no juegues con la comida, te serviré en un momento - dije mientras tomaba un plato y lo llevaba a una mesa cerca
-¿Qué tal el trabajo?
-Muy cansado, Sebastian hizo un desorden en la oficina, revolvió todos los documentos, incluyendo el contrato que teníamos preparado para una empresa, además de eso, Laura MacKenzie llego y empezó a decir que el Hotel de Nueva Zelanda necesitaba una remodelacion en recepción y qué además necesitaba un nuevo modelo de publicidad porque las visitas habían bajado un 5% y ni hablar de Montgomery, ese hijo de puta llego a mi oficina a decirme que tenía una junta la próxima semana con los japoneses, pero ese día es la cita con el ginecólogo, se lo dije y dijo que tenía que cancelar, nos peleamos....es bueno estar en casa
-Es muy importante esa junta con los japoneses?- pregunto mientras me sentaba frente a él para comer con él
-Es más importante saber el sexo de mis hijos Maggie
-Pero puedes saberlo luego...si la junta es muy importante, estará bien que faltes, yo iré con mi madre y te diré todo con detalle
-La cosa es que, quiero estar presente cuando me digan que sere padre de dos niñas
-que seremos padres de dos niños, y esta bien es tu decisión, aunque si es por la mañana la junta no habrá problema, recuerda que es a las dos de la tarde
-Creo que puedo escaparme un rato, pero ya no hablemos de eso... ¿Qué tal si mejor me dices el porque de esta fascinante cena?
-Acaso no puedo prepararle una cena a mi novio? - le dije mientras comía un bocado de estofado
-No en tu caso Maggie, haber dime que es lo que piensa esa cabeza?
-Por que tiene que haber algo detrás de mis actos? Eres un im... bueno la verdad es que, bueno Kurt, es que... él sábado es mi cumpleaños y quisiera que...
-Se que es tu cumpleaños Maggie, y tengo una sorpresa para ti... pero no deberías de hacer una cena solo por eso- Dijo mientras tomaba mi mano y la masajea con las llamas de los dedos
-También quería sorprender... eres mi novio y tu has hecho tantas cosas por mi que quería pagarte de alguna forma... en verdad eres un chico increíble
-Eres fascinante Maggie, pero uno creo ser un chico increíble, recuerda que aún hago carreras ilegales
-Podrías hacerlas legales... y en verdad creo que eres un chico encantador - y así fue como mi querido novio me empezó a besar, un beso tierno, y sin embargo una gran pasión se demostraba con cada unión de labios, en verdad amaba a ese sujeto.
Espero y les haya gustado se que me he tardado pero las ideas se quedaron en un tanque lleno de agua y cada vez se ahogaban más y más, pero pude salvar una y aquí está.
Att. F
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Embarazada De El Chico Malo
FanfictionApuesta Todo por una apuesta Ahora todo estaba descontrolado Ahora no sabia que hacer con mi vida Y lo peor es que fue con el Si con el El chico mas temido de la escuela El chico malo El chico con el que estúpidamente aposté Y pagaba las co...