Capitulo 8

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He escuchado que el amor, es como el arte.Si ese es el caso,estoy seguro de que esta seria la divina comedia y he entrado en el infierno.

Tras abrir los ojos la luz suave del muerto sol le dio color a todo el cuarto, un color apagado,fácil de soportar en la mañana.No hacia calor y las blancas y arrugadas sabanas de la acogedora y amplia cama aun dejaban ver a mi lado izquierdo la huella aun perfumada y caliente de quien por primera vez me había regalado una de sus noches.

Con cuidado me senté en el extremo derecho de la cama, termine de despertar, me coloque el pantalón que estaba doblado a mi lado.

El hambre se intensifico cuando recordé que desde el día anterior en la tarde antes de venir a la casa no había comido nada decente. La puerta se comenzó a abrir con un tétrico crujido que me hizo alterar.Como llamado por mi pensamiento entro macbeth con una bandeja desaliñada y plateada con el desayuno sobre ella. 

me miro profundamente y con una forzada simpatía me dio los buenos días y coloco la bandeja en una de las mesas del cuarto. Con un ademan de su cabeza me dio a entender  que se retiraría.

-Le recuerdo que el baño esta hasta al final del pasillo.No debe bajo ninguna circunstancia abrir otra de las puertas de este piso,necesitamos que lo tenga totalmente claro.Cualquier otra cosa que necesite no dude en llamarme.

El feo hombrecillo tenia una voz seca como empolvada y un acento arcaico que hacia casi descifrable su lugar de origen.

Tome un rápido baño ya que todo el tiempo tuve la sensación de que algo me observaba por el desagüe de la ducha. 

Algo siniestro pero paciente por el momento preciso para atacarme, y si a esto le sumamos que no pude cerrar de nuevo  la cortina de la ducha. Cuando lo hice y abrí el grifo para dejar caer sobre mi el agua, se veían sombras  que cruzaban tras la delgada cortina.Mi paranoia fue tal que tuve que quitarla en una rebato de miedo a que algo me terminara acuchillando mientras me distraía con el agua que caía sobre mi y se vertía por el desagüe que escondía un pequeño y degenerado mirón de otro mundo.

cuando por fin me seque en el cuarto y me coloque la ropa interior de william, con el pantalón que traía puesto el día anterior y una de sus camisas blancas y holgadas, que me quedaba un poco grande, baje a buscarlo rezando por no encontrarme con nada mas en el camino.

lo vi sentado en su silla en medio de la sala, con la misma ropa que traía el día anterior,  la cual, era evidente,no se había quitado en por lo menos la semana entera.Estaba con los brazos extendidos, la cabeza agachada. Podría parecer muerto de lo exhausto que estaba .

Alzó la mirada y me vio con sus ojos rojos que se escondían tras las prominentes ojeras.

-Que gusto me da verte-Sonrió un poco- ven y hazme compañía.

Sin decir nada me ente en mi silla y me lo quede mirando.

-Lo lamento, lamento que me veas en estas condiciones,este caso me tiene acabado-

-Pero william, que putas es lo que te tienes que hacer para terminar en ese estado, en menos de una semana? ni la droga te destruye con esa rapidez- 

-Cuando tratas con cosas que no son del todo  de este mundo, te quedan secuelas de la repugnante energía y entes con los que debes tratar-

-Explícate- Fui frió y directo.

Se alzo ambas mangas de su camisa y vi que bajo las palmas de su manos tenia negras inscripciones de desconocida índole. En su mano derecha eran como 5 hileras verticales de inscripciones con caracteres extraños.En su mano izquierda se repetían con la diferencia que en medio tenia un circulo perfectamente marcado.Estas marcas eran como tatuajes que al tacto se sentía como si estuvieran bajo su piel, como si se los hubiera hecho de adentro hacia afuera de su piel.

PASIONES, ODIOS Y CAOS [yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora