22 Leyenda

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La piedra del alma:

Hace referencia al diamante que pasa de generación en generación a los respectivos descendientes de los Dioses del bien y el mal.

Dentro de ella se almacena los pensamientos y poderes de la persona que lo porte, también es necesaria tenerla cerca del corazón pues la energía mantiene vivo a los inmortales.

Importante: si un ángel o un demonio llegan a perder la piedra, morirá como un mortal.

Es posible dar la mitad de la piedra al ser que uno elija, de esa forma tendrá más facilidad de dar con un nuevo descendiente.

La piedra existió cuando uno de los siete príncipes del inframundo se enamoró de una mortal, perdió la cordura por ella y el saber que no podrían estar juntos lo destruía.
El demonio no era tan malo, la veía con amor, la cuidaba con delicadeza y la besaba con pasión.

Aquel demonio ahora tenía amor en su corazón. Estaba decidido a renunciar a su destino, fue en busca de una misteriosa Diosa a la que le pidió que transforme su alma en una piedra, la más bella que se le ocurriera, la Diosa aceptó y formó un bello diamante en forma de alas.

El demonio llevaba esa piedra cerca de su corazón, partió en busca de su amada y al verla se la entregó, le dio su alma como muestra de su verdadero amor. La muchacha aceptó y sellaron la muestra de amor con un tierno beso.

Sin embargo, los otros demonios estaban celosos de su felicidad, así que enviaron pecados a la tierra.

Y la mujer pecó, le fue infiel con otro mortal.

El demonio enamorado se enteró de tal traición. Con dolor le quitó la piedra y la rompió en mil pedazos causando su muerte. El demonio se transformó en humo.

Los seis príncipes que quedaban cobraron venganza. Encontraron a esa mujer y al amante, ellos habían tenido un bebé. Los inmortales asesinaron de una forma cruel a los dos amantes y se quedaron con el niño. El niño fue el séptimo príncipe.

La Diosa que había hecho el primer diamante al Diablo enamorado, le entregó siete joyas a los nuevos Dioses del inframundo, todos aceptaron teniendo presente que su vida está en esos diamantes y establecieron la regla de oro: No enamorarse.

Amando se cometen locuras, ¿Quién amaría con más locura que un demonio?

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Yoongi y Taehyung terminaron de leer la vieja leyenda en ese pergamino, ambos estaban en el inframundo debido a que querían conocer la historia del diamante y los siete príncipes.

Yoongi: Los humanos son más despiadados que nosotros –susurró con la mirada pérdida-

Taehyung: No, yo sé que hay seres diferentes.

Yoongi miró a Taehyung y suspiró.

Yoongi: Jungkook era descendiente de Dios.

Taehyung lo miró sorprendido.

Yoongi: Se enamoró de un demonio, le dio la mitad de su piedra y él –hizo una pausa- perdió sus alas.

Taehyung quedó en silencio un momento.

Taehyung: El amor es el peor pecado que mandaron a la tierra.

Yoongi rió levemente y asintió.

Yoongi: Fue Jiyong ese demonio que le arrebató las alas a Jungkook –apretó sus puños-

Taehyung vio cómo la situación afectaba a su amigo y decidió ayudarlo, se levantó y se dirigió a la sala principal del templo donde se encontraban varios ángeles caídos.

Taehyung: Tráiganme a Jiyong inmediatamente –le ordenó a todos alzando la voz- Se encuentra en la tierra de los mortales –observó a cada uno-

Yoongi: ¿QUÉ ESPERAN INÚTILES? –Gritó al entrar a la sala- Vayan ahora y si hacen de las suyas en la tierra, se las verán con nosotros.

Los presentes asintieron asustados y partieron a la tierra en busca de Jiyong.

Yoongi: Lo destruiré.

Taehyung: Tienes mi apoyo.

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Narra Jungkook:

Nunca había visto tanto caos en la tierra de los humanos; muertes, violaciones, robos, personas que disfrutan del dolor de los demás.

Pareciera que hubieran liberado a todos los demonios.

Jimin: Kookie –llamó tiernamente- Taehyung no está –hizo un puchero-

Jungkook: Lo sé, fueron a su...mundo –Le sonreí tratando de disimular mi preocupación-

Jimin: ¿En qué piensas? –Preguntó sentándose a su lado-

Pero que idiota Jungkook, Jimin es el ser que mejor te conoce, no le puedes ocultar nada.

Jungkook: En los de tu rara especie –reí al sentir un golpe de Jimin en mi brazo-

Jimin: Hey, no somos raros –seguía golpeando el brazo de Jungkook- Tu especie es la rara, no mueren y tienen alas –sacó la lengua-

Alas.

Jungkook suspiró ante lo que dijo Jimin e inconscientemente comenzó a jugar con su piedra.

Jimin miró la joya que tenía en sus manos.

Jimin: Que bonito collar, nunca te la había visto –sonrió al verla-

Jungkook: Es una joya que se les dan a los descendientes de Dios o de Lucifer –observé como Jimin me veía confundido y no pude evitar soltar una carcajada-

Jungkook: Yo era el sucesor de Dios y ésta piedra lleva en su interior mis pensamientos, mi ser entero. Esta piedra me mantiene con vida.

Jimin comprendió, ya se estaba acostumbrando a saber de los ángeles y demonios.

Jimin: Es muy bonita –hizo una pausa- ¿Tiene forma de ala?

Jungkook: Sí –le sonreí- y si te das cuenta, es del color de mis ojos.

Jimin la miró fijamente y después vio los ojos de Jungkook.

Jimin: ¡ES VERDAD! –chilló emocionado-

Reí ante su entusiasmo y coloqué mi joya en sus manos.

Jimin: Jungkook –dijo en tono bajo- ¿Es...un diamante?

Jungkook: Así es -sonreí orgulloso-

Jimin: Vaya –murmuró asombrado entregándosela nuevamente- Pero...Pareciera que estuviera rota, los diamantes no se rompen -dijo confundido-

Sonreí levemente, obvio que no se rompen Jimin, no fácilmente, los inmortales debemos sacrificar lo que más necesitamos para acabar con éste diamante, con nuestra alma.

Jungkook: No –hice una pausa- Pero es posible cuando sacrificas algo.

Jimin: ¿T-tú? –Se había puesto nervioso- ¿Qué sacrificaste?

Jungkook: Mis alas –confesé en un susurro-

No pude soportar ese recuerdo y comencé a llorar.

¿Por qué fui tan idiota?

Jimin me miraba asustado y me abrazó, me dejó llorar todo lo que quise y para tranquilizarme empezó a cantar, su voz es esplendida, más bella que las voces de los ángeles.

Su canto me tranquilizó.

Jungkook: Yo me enamoré, el ser que tiene la mitad de éste diamante posee mis alas –hice una pausa- era un ángel caído –abracé más fuerte a Jimin- Me juró amor pero solamente me hizo sufrir.

Sentí como Jimin besó mi frente tiernamente.

Jimin: Tranquilo Kookie –susurró- Nadie te volverá a lastimar, yo estoy contigo.

Derramé una lárgima de felicidad y sonreí levemente.

''Jungkook: Yoongi también está conmigo''

Mil maneras de pecar - [Vmin - Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora