03 (Primera Parte, año 2005)

10 1 0
                                    

Capítulo 3
(día 2 de recuperación, sábado)

Anoche mamá me devolvió el abrazo, aunque fué silencioso, mientras lo hacía, acariciaba mi cabello y respiraba hondo. Yo estaba nerviosa, y me preguntaba qué era lo que sucedería después, porque independiente de el cariño que me estaba entregando, ella reflejaba confusión desde que me vió, y por respeto a la señora Clara presente no hizo un escándalo. Quería decirme algo, pero cuando soltó los brazos de mí, me miró a los ojos y comenzó a llorar, aunque al instante secó sus lágrimas como si tuviese seriedead e intentó entender lo que sucedía. Le expliqué nuevamente que no tenía deseos de ir a la escuela debido a que los chicos y chicas me insultaban, siempre me andaban esquivando o me hacían creer que yo era la rara y loca de todos, incluso, le dije que quería cambiarme a otra escuela, pero como sabía que no existía esa posibilidad debido a que estábamos a mitad de año y era difícil encontrar vacantes libres, se me había ocurrido otro plan con tal de que confiara en mí. Y el plan era rebelarse.

Era muy obvio que ella se burlaría de mí. Se negó de inmediato, encontrando absurdo "mi brillante plan", y seguía haciéndolo. Lo primero que me advirtió fué que me molestarían aún más, que el papel que quería dar a demostrar iba a ser totalmente estúpido y que no me vendría, o que los cambios no se hacían de un momento a otro o de un día para otro. En parte, trataba de entenderme, pero insistía en que cambiar de ser tú misma para que otros te den respeto no era una buena manera. Hasta yo me convencía de sus consejos, pero seguía con la idea de el cambio. En fin, llegamos a un acuerdo, si tanto me importaba este cambio, o coraza como yo me justificaba en nombrarlo, tendría que ir evolucionando de a poco, porque iba a espantar a todos como la "nueva chica antipática, antisocial u oscura" de manera repentina, y eso si que iba a ser raro y loco, y como verán tampoco estaba en mis planes espantarlos...

Ok. Eso no debí pensarlo.

Asi que comencé mi segundo día de descanso sin esconderle nada a nadie. Y ya que menciono el tema... Desafortunadamente, ayer por la mañana, mamá entregó mi licencia médica a la directora de mi escuela, la señorita Christina Tayler. Y fué antes de irse a su trabajo. ¿Desafortunado? Porque de alguna extraña manera yo la quería ir a dejar. Me daba la curiosidad, si es que la hubiese ido a dejar en persona, todos me verían con el nuevo pequeño cambio y comenzarían a murmurar cosas sobre mí o no delante de mis narices, como siempre lo hacían, pero ella se adelantó, fué una lastima. Pero... No sería la única vez que iría a la escuela, por lo menos a escondidas. Estaba pensando ir a la salida de clases, dar un paseo en bicicleta, uno indiscreto para algunos y para otros... discreto. Por ejemplo, no dejaría que los chicos populares me vieran, sólo los no populares, para que pasen los datos y hayan rumores de mí. Se que exagero la situación, pero quiero saber qué se siente.

De un momento a otro bajo de mis pensamientos y saboreo el olor dulce que entra a mi habitación: panqueques.

—¡Hallie, está servido el desayuno!

—Bajo en seguida mamá...

—¡¿Ya vienes?!

Corrí escaleras abajo presentándome, ella apuntaba insistentemente la silla donde yo me debía sentar, mientras lo hacía, masticaba un panqueque. Obedecí, serví mi leche, la observé, estaba bailando y tarareando unas canciones con la boca llena.

—¿Mamá?

Tragó su panqueque, —¿Querida? —me miró con el rostro perdido, como entusiasmada.

—¿A qué se debe el gran entuasiasmo que tienes?

—Ay Hall, siempre soy así, que no te des cuenta es otra cosa, —se echó otro panqueque a la boca, como si nada... digo, ¿Y su dieta?

Colorín Colorado... Este cuento, ¿Se ha acabado? (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora