Capítulo 2

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La emocionante y a su vez desastrosa idea fue pasar el resto de la vacaciones en el rancho de la familia de Elena, pero Alicia no era una chica vaquera, ni sí quiera sabía montar algo más grande que un pony y lo más cercano a botas que tenía eran unas de trabajo que usaba cuando hacia voluntariado para limpiar y reforestar selvas, cosa no remunerada y que Marina cuestionaba.

Alicia confiaba en que sus abuelos nunca la dejarían ir al rancho de unos desconocidos " no hay fuerza en este mundo que obligue a Nona y el Abuelo a dejar a su suerte a su tesoro del mar".

Y es así como se lo dijo a Marina.

-Mar, tendrás que ir sola, que Dios te acompañe porque no me darán permiso. De verdad lo siento- Alicia se consideraba la mejor mentirosa piadosa.
-Yo me encargó, nadie resiste a mis encantos, ni siquiera los abuelos- Contestó segura y guiñando un ojo a su prima.

-Nona- llamó Marina con voz persuasiva y afligida.
-Que pasó Marina, estoy algo ocupada pero dime- Respondió Nona, que ya estaba casi en los 67. Alicia veía a su abuela como la mujer más firme del mundo, con esas olas plateadas por cabello, ojos del color que tiene el mar antes de un huracán y esbelto cuerpo de escultura y sabía que sí le decía que no a Marina sería el no más definitivo que existe.

- Queríamos preguntarte- Alicia la miro intensamente- Bueno quiero preguntarte si le darías permiso a Alicia de ir conmigo y otras amigas -Otras amigas, ese detalle se lo había comido Marina- A el rancho de Elena Dupont lo que resta de vacaciones, va a estar increíble, montaremos, iremos a la playa, aprenderemos a hacer quesos y embutidos y mil cosas más.

Nona se levantó, miro los ojos emocionados de Marina y los desinteresados de Alicia y supo la respuesta.

-Claro que sí.
-¿En serio?- gritaron ambas al unísono, Alicia no podía creerlo, su abuela la estaba dejando a su suerte.
- Alicia debe hacer más amigas, vivir más experiencias, pero Mar necesito el teléfono de la madre de tu amiga sólo para verificar- respondió la abuela mientras cortaba un poco de Romero del jardín.
-Nona ¿eso es todo? ¿Iré así sin más?¿qué clase de abuela eres?- exclamó alterada Alicia.
- Nena, debes vivir más , me preocupa que no tengas experiencias que contar, que no puedas montar algo que no sea un pony y que tengas la total confianza de dejar siempre la puerta de tu cuarto abierta porque no te preocupa que escuchemos o veamos nada.
-O sea ¿quieres que sea súper alocada, que no llegue por las noches y me drogue por ahí?- Alicia no daba crédito a lo que escuchaba.
-Por Dios Ali, deja el drama y empaca de una vez que sí irás- Y ahí estaba la respuesta definitiva de Nona, aquella que no se podía cambiar con nada en este mundo mortal.

Ya en la habitación de una irritada maraña de rizos castaños Marina se partió de risa.
- ¿No sabes montar más que un pony?
-Cállate, ¿en serio haremos quesos y embutidos?
- El único embutido que haremos será meter nuestros cuerpos en ropa ajustada para la fiesta.
-¿Cuál fiesta?- otro detalle omitido accidentalmente que no le causaba nada de gracia a Alicia, pues aunque había ido a varias le daba la impresión que esta no sería como las otras, donde sólo había música, alcohol y trajes de baño.
-La más salvaje de tu tranquila existencia.


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⏰ Última actualización: Jun 29, 2017 ⏰

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