Cap.3

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Lizbeth

Mi boca me delata. Una y otra vez me miro en el espejo del baño del instituto y siento como mi mano derecha empieza a tranquilizarse. Personalmente odio el dolor. Odio la sensación desagradable que produce y la sensación de dejadez que queda cuando se marcha. Emito un suspiro al sentir esa sensación de dejadez y me armo de valor para mirar el dorso de la mano. No se mucho de heridas pero igualmente no quiero mirar ya que no creo que mi mente se mantenga tan tranquila si veo algún rastro de sangre en mi mano y ahora mismo lo que necesito es mantenerme serena y pensar, "Mirar la sangre solamente deja que el problema se agrave" me decía mi abuela de niña cuando me caía y me hacía alguna herida. Aun así después de un par de segundos me obligo a mirar

Me quedo muda, anonadada, en shock y en varios adjetivos más que ahora mismo no tengo ganas de pronunciar. Mi mano no tiene ningún tajo superficial o herida profunda. De esta tampoco brota sangre o ningún tipo de líquido carmín, en la piel solamente revolotea la imagen de una ala de pájaro. Imagen que juraría que antes de entrar no tenía, y que intento desesperadamente borrar con ayuda del agua del grifo. Mi tranquilidad pasa a un notable nerviosismo cuando por más que intento borrar esa tinta más daño me produce y más se enrojece la zona en la que froto. Una vez tengo esa parte en carne viva me detengo

-Vamos Lizbeth piensa, intenta funcionar...

Puede que suene extraño pero el sonido de mi propia voz me ayuda de tal forma que consigo calmar tanto mi respiración como el chorro de pensamientos que me ataca sin cesar. Recuerdo. Con un suspiro de alivio me obligo a pensar que ha sucedido. Recuerdo que he entrado en el pasillo para ir a clase, que algún chico, Tobi creo, me ha empujado hacia Nymeria. Después...Esto

Dirijo mi mirada hacia el dorso de mi mano y con un suspiro recojo mi mochila del suelo. Las clases pueden esperar. Ahora mismo quiero solucionar esto

Nymeria

Siempre me ha sorprendido lo grande que es la biblioteca de este instituto. Realmente solamente he entrado un par de veces en esta y ha sido con los miembros de la banda pues el echo de que nunca hayan guardias de seguridad ni nadie que vigilase nos permitía trepar a lo alto de las estanterías. Si lo sé, una demostración de seguridad increíble. La cuestión es que mirando la marca de mi mano derecha no tengo ni puta idea de donde empezar. El símbolo de esta es pequeño, tinta negra se aferra a la piel como un tatuaje viejo que toma la endiablada forma de una ala de murciélago lista para salir volando. Realmente estoy jodida

Bufo y me doy cuenta de que no hay nadie en toda la biblioteca, así que me sumerjo entre las estanterías repletas de libros e intento encontrar algo que me sirva. Estoy entrando en la sección de "Fantasía" cuando escucho aquel tintineo tan familiar. El mismo tintineo que escuché en el sueño y que ahora mismo me estaba llevando hasta un libro en especial. Uno de tapa blanca que al cogerlo revela en su cara el título de "Aengel" escrito con letras negras sobre un fondo completamente blanco y puro formado por algo que parecen ¿Plumas?Juro por dios que cada vez entiendo esta mierda menos

Al ojear las páginas me doy cuenta de como todo habla sobre ángeles, de historia de los ángeles, de magia de los ángeles y de transformaciones de adivinad. Si. ÁNGELES. Me dirijo hasta la estantería más cercana para seguir mirando cuando alguien más colisiona contra mi. Esta vez también vuelve a ser Lizbeth, la rubia cae al suelo junto al libro que llevaba leyendo provocando un enorme estruendo

-Perdón cielo...-. Al recuperarse de la caída noto como mira de forma nerviosa a su alrededor para intentar recoger su libro, pero en cuanto ella ha empezado a buscarlo yo ya lo acunaba en mis manos

La tapa negra del libro es incluso más suave al tacto que la del libro blanco que he cogido antes. Me obligo a repetir el mismo "Ritual" que con el anterior. Recorro con los dedos la tapa prestando especial atención en las letras blancas que descansaban sobre un lecho de plumas negras

-¿Spectral?

Después de esto todo es confuso. Una luz cegadora proveniente de mi colgante nos envuelve a las dos y ambas nos retorcemos y emitimos una mezcla de gritos y gruñidos. Un enorme dolor cruza mi espalda y grandes crujidos me avisan de que algo empieza a salir. Cuando todo para igual de rápido que había empezado puedo ver como de  Lizbeth salen unas alas blancas y, por el contexto, se que las mías son negras

-Nymeria que...-Lizbeth está visiblemente más sorprendía que yo, pero no le doy tiempo de acabar su frase, como una exhalación voy corriendo de la biblioteca, no sin antes recoger el libro negro

•~•

Me encuentro en el pequeño salón de mi pequeña cabaña aún en shock por lo que ha pasado hace dos días. Lo último que recuerdo es que al salir de la biblioteca mis alas se desvanecieron, que salté la valla del instituto y que me quedé frita en el sofá por "DOS días". Ahora llevo unos 15 minutos observando la tapa del libro que se encuentra delante mía, sin ninguna gana de abrirlo y enfrentarme a su interior. Estoy a punto de quemarlo cuando me decido salir a contárselo a alguien

Me obligo a repetir aquellas palabras y para mi sorpresa las alas salieron sin producirme ningún daño. Antes de salir me obligo a observarme en el espejo de cuerpo completo. Unas alas de unos dos metros se mueven sobre mi espalda. De color negras estas se asemejan a las de los murciélagos, solamente variando unos afilados cuernos que se retuercen hacia atrás dándoles un aspecto temible. Estas me recuerdan demasiado al símbolo de mi palma. Símbolo que ahora se ha extendido formando un pentagrama a su alrededor

Así que salgo por la ventana para intentar hablar con Jessy y Maly de lo ocurrido. Vale, se que ellas no son la mejor definición de " Personas a las que contar como me han salido alas" pero son las únicas personas que conozco que pueden guardar el secreto. Empiezo en la arena, intentando batir mis alas con cautela para saber de que pasta estaban hechas. Para mi sorpresa son bastante fuertes y a los segundos me encuentro  sobrevolando todos los edificios del lugar sin ningún problema. Llego al pequeño piso que ambas comparten pero me detengo al escuchar una voz aguda tras de mí

-Hola cielo, me disculpo por haberte seguido y pero creo que ambas necesitamos hablar de todo esto- La voz de Lizbeth me provoca una extraña rabia y curiosamente el pesado movimiento de sus alas no hace otra cosa que crearme nerviosismo

-¿No crees que es de mala educación seguirme y acosarme de esta forma?  -Mi voz es prácticamente un ladrido pero a ella no parece molestarle.

-Mira, este no es buen lugar para que hablemos, podemos discutir sobre acoso donde también podamos hablar sobre todo esto, así que por favor ven- Ignorando mi comentario ella hace una señal para que me acerque a ella

-No, como dices ni este es el lugar ni el momento, pero tu tampoco eres la persona con la que quiero hablar así que por favor olvida que existo -.  Con un par de movimientos muevo mis alas y doy media vuelta para poder volver a mi cabaña, dejando a la muchacha rubia con una respuesta en los labios y marchándome sin hablar con las únicas personas en las que realmente tengo relación

Spectral (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora