Cap.6

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Nymeria

Han pasado solamente tres días y las instalaciones de este lugar me han enamorado. Hemos dado clase como si fuésemos unos alumnos más y aunque la parte teórica no me apasiona, si que me he enamorado de la parte práctica: lanzamiento de armas, combate cuerpo a cuerpo, clases de engaño, hechizos, pociones, magia... Demasiadas cosas con las que me siento cómoda comparado con la mierda inservible que damos en nuestra ciudad. Todo lo que damos allí es para acabar en una universidad media y tener un trabajo inservible y vacío toda tu vida. Aquí no, aquí me siento segura

Me despierto y no consigo recordar el día que es ¿Jueves no? Con un bufido me deslizo por mi "suite" hasta llegar a la cama de Lizbeth, ella ya lleva despierta un par de horas, y el libro que está leyendo me da una respuesta a lo que le quiero preguntar, así que me siento en su cama y suspiro

-Liz, creo que si que me quedo definitivamente aquí-. ¿He comentado ya que la Nerd se ha ganado un sitio en mi corazón? Tres días y siento que esta rubia me conoce más que toda la banda junta

-Yo creo que también, al fin y al cabo creo que es una buena oportunidad ¿no?-. A la mierda nuestras palabras nos miramos y estamos súper inseguras, un brazo me rodea por la espalda y yo me tenso

-Kensing ahora no coño pudrete

-¿Ahora? Vaya Nymeria creo que me vas aceptando poco a poco ¿Que será lo siguiente? ¿Ahora con camisa no?

Bufo exasperada y Lizbeth se ríe, la muy traidora se ha hecho mejor amiga de Kensing y nunca está de mi parte

-Si no escucho mal os quedáis ¿no?

John nos mira desde su cama, ahora que lo pienso la de Lizbeth está elegida estratégicamente para que las de los cuatro estén cerca. Realmente es un punto bastante curioso

-Vaya John sabes escuchar-. Le digo con ironía y el me sonríe

-He hablado con Headmistree ayer, ya me hacía una idea de vuestra respuesta, así que si queréis salir volando para despediros de vuestra familia podéis

Esa misma tarde volamos las dos  hacia casa, ni Lizbeth ni yo decimos nada cuando llegamos a nuestros respectivos hogares y recogemos nuestras pertenencias. John nos había dado nuestras instrucciones: hablar con mis amigas, borrarles la memoria y fingir que están muertas para llevar mejor el dolor. La Alianza ya haría el resto. Al salir Lizbeth y yo nos miramos y nos separamos

Lizbeth

Consigo armarme de valor para llamar a la puerta de la casa de Mey, el olor tan familiar a chocolate y café me evoca viejos recuerdos que actualmente se me clavan como puñales en los costados. Mi amiga me recibe con una sonrisa y me doy tiempo para grabar su apariencia en mi mente. Su pelo liso está recogido en un moño salvaje, sus ojos oscuros me miran a través de las gafas de pasta y su cuerpo menudo y delgado se balancea al son de la suave y tranquilizadora musica de jazz que se escapa hacia afuera

-Beth que sorpresa hace tres días que no te veo ¿Has estado bien? Estás pálida, entra vamos

En el mismo momento en el que cierra la puerta, ella se dirige hacia la cocina para traerme unas galletas y una taza humeante de café, yo la miro e intento aparentar normalidad

-Mey tenemos que hablar, tengo que decirte algo y quiero que me prometas que no llorarás

Me mira con preocupación pero igualmente asiente, tomando un sorbo de su café mientras me mira a través de sus gafas

Spectral (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora