— Hoy es el día — la mujer de cabellos rubios hablo moviendo sus perfectos labios carmesí — hoy la chica morirá, si es que ya no lo hizo.
Los dos hombres sonrieron mostrando un conjunto de dientes perfectamente blancos. Ambos poseían una copa de bourbon en sus manos. La mujer contoneo sus caderas de un lugar hacia otro tomando de su copa de sangre, aunque no quería admitirlo, estaba irritada, a pesar de que tenía la chica, los otros dos se le habían logrado escapar; y esta era la hora que ni sus brujos podían haber dado con su paradero, nadie sabía dónde estaban esos dos.
Sin embargo, no se preocupó, para cuando Yeva se diera cuenta de lo que pasaba en esas paredes tan gruesas, ya sería tarde, la profecía ya no serviría de nada, ya no había ángel por quien morir y, por consiguiente, su legado seria eterno; la muerte seguiría siendo como había venido siendo, solo pocas cosas la causarían, a diferencia de que, si la profecía se hubiese cumplido, cualquier arma la hubiese podido matar como a un simple mundano.
Todos pensaban que estaba loca por creer en profecías tan viejas como el mismo mundo, pero lo que nadie sabía es que una bruja tiempo atrás le dijo que debía creer; que eso pasaría y que ese sería su final; ya que, con la llegada del ángel ella moriría por todos sus pecados. Lo que bruja no le dijo, es que todo el mundo la interpretaba mal, y que ella mataría la persona equivocada, pero ¿para qué decirle? La bruja quería que aquella mujer rubia muriera, ya que años atrás sin que la rubia lo supiera había matado brutalmente a su familia dejándola sola en la vida.
Por lo cual, la bruja no dijo todo, pero ella sabía que, aunque no viviría para ver la hora final de la rubia, esta llegaría a su fin, pero antes de que este llegara, ella sufriría la rabia de un amante dolido, un amante al que la bruja sabía que le arrebatarían el amor de su mujer y su hijo no nacido.
— ¿Por ello has decidido dar la fiesta esta noche? ¿Para celebrar su muerte? — pregunto el hombre rubio con ojos verdes.
— En parte — admitió — pero realmente es para ver el dolor de Dimitri, al ver como su mujer muere lentamente sin que él pueda hacer algo — la copa que tenía en sus manos se quebró, esparciendo así el líquido rojo carmesí por sus manos, y aterrizando en el suelo junto con los restos de vidrios rotos.
Dimitri, ese nombre la perseguía desde que era una niña, desde ese verano en 1600 cuando por primera vez lo vio. Estaba de viaje en Rusia con su padre y se habían hospedado en la casa Belikov, cuando ella lo vio tenía once años y él quince, y a pesar de su corta edad, era guapo, demasiado guapo y ella quedo prendida de él desde ese momento. Él fue cálido y tierno con ella, y ese verano la pasaron jugando, pero todo cambio cuando llego Natasha e Ivan, cuando ellos aparecieron fue como si ella ya no existiera, en ese entonces ella lo entendió. La diferencia de edad, aunque no era mucha, si hacia crecer un pequeño espacio entre ellos, ya que como le dijo Dimitri una noche, ellos querían cosas muy diferentes.
Galina, se marchó al final del verano y no volvió hasta que tenía veintiún años; fue el cumpleaños número veinticuatro de Dimitri, y cuando ella lo vio se sintió derretir. El niño de años atrás había quedado olvidando dándole paso a un hermoso hombre el cual ella deseaba. Ese día ella deseo ser hermosa para él, pero él apenas la reconoció, era como si ese verano que pasaron años atrás nunca hubiera pasado, era como si ella nunca hubiera pasado.
En ese entonces ella se sintió romper, ella lo había esperado por varios años, pero había sido en vano. Con el paso de los años ella aprecio como las mujeres más burdas se encontraban en su cama, y a ella ni una mísera mirada le daba. En 1711 escucho una leyenda donde vendría alguien a quien salvaría a las personas de su mundo; los cuales podrían morir como cualquier persona, pero que, sin embargo, podrían vivir eternamente de saber vivir, no creyó en ese entonces, pensó que era solamente leyendas las cuales sus ancestros habían creado para asustarlos a la hora de dormir.
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Ángeles & Demonios.
VampireUna maldición, un hombre despiadado odiando la vida que se le fue dada, un bebe abandonado en un callejón envuelto en magia antigua. Dimitri Belikov, es un hombre que no siente remordimiento ni amor por nadie, una noche de fiesta se encuentra con un...