El principio de una larga historia.

715 26 0
                                    

Después de que se girara para mirarme y mi estómago pareciera un festival de mariposas, el profesor le llamó la atención para poder empezar la clase. La clase se hizo un poco larga a pesar que fuera de biología, mi asignatura favorita. En los últimos 5 minutos me dediqué a dibujar una chica con el pelo largo, sentada en el tronco de un árbol en un atardecer.

Cuando sonó la música para cambiar de clase y asignatura, recogí todas mis cosas con mucha prisa y me fui directa al pasillo en busca de mi taquilla.

-Hola otra vez -Se escuchó la voz de Adele por detrás riéndose.

-Hola Adele, ¿me podrías ayudar a buscar mi taquilla? -Le dije enseñándole el mapa que me dio el profesor de biología al salir de clase.

-No puede ser... Tienes la taquilla justo al lado de la mía, que bien, ¿no? -Me dijo sonriendo. La verdad, la sonrisa de Adele era muy encantadora, y era muy buena conmigo.

Fuimos hacia donde estaban las taquillas, y empecé a organizarme la colocación de los libros y libretas. Tras 5 minutos colocando, cerré la puerta de la taquilla y mi corazón se aceleró. Detrás de la puerta de mi taquilla se encontraba allí, el chico de mi clase que causó que el pulso se me acelerara. Ugh.

-Te he visto en mi clase, supongo que sabrás quien soy, muñeca -Me dijo con chulería y giñándome un ojo. Le miré con cierto asco.

No soporto a los chicos que hablan a las chicas como si fueran juguetes, y menos los que se creen que todos le conocen y están todas muertitas por sus huesos.

-Pues no -Le dije seca girándome para irme a la siguiente clase.

-¿Lo dices en serio? -Me siguió poniéndose delante de mi con cierta cara de asombro.

-Pues si, y como puedes ver, tengo prisa, así que -Dije mientras aceleraba el paso.

-Eh eh, espera -Dijo tocándome el hombro para pararme. Le aparte su mano de mi hombro- al menos, déjame conocerte muñeca.

-No soy tu muñeca, y me llamo Perla, como pudiste escuchar en clase de biología cuando entré - Le dije seca evitándolo y siguiendo mi trayecto.

-Bueno pues yo me llamo Austin, Austin Mahone, y si quieres tenerme tendrás que ponerte a la cola, muñeca -Dijo guiñándome el ojo mientras yo me iba maldiciéndome para mis adentros.

¿Como podía yo haber sentido mariposas en el estómago de un chico que trata a las chicas así? Sé que puede que muchas chicas que no le hayan hablado nunca puedan estar locas por él, pero, por dios, es un creído que solo piensa en él.

Me dirigí hacia la clase de matemáticas sin pausa pero sin prisa y allí fue mi perdición. Me habían asignado el sitio de al lado de Austin. El de Austin Mahone. Esto iba a ir a mal, muy mal.

Once de Noviembre. (Austin Mahone)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora