Capítulo 3.

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Capítulo 3

[Deudas]

~*~*~

—No creo que haya querido decir eso— Jinki se frotó la nuca, —pero bueno, sé que es algo impulsivo.

—¿Impulsivo?— Minho alzó las cejas, —es un grosero. El famoso Prince T— exhaló, —no tiene nada de especial, es un patán, malcriado y tonto.

Jinki rió nervioso, —lo sabía, sabía que no debí dejar que vayas por él; debí ser yo.

El moreno negó suavemente con la cabeza, —no, no quise decir eso; tú estabas ocupado con tu trabajo, no hubiera sido bueno que hicieras a un lado tus responsabilidades.

Jinki se acerco y le abrazó, —gracias Minho— le susurró.

—¿Pp-por qué?— el acto tan repentino y cálido le tomó por sorpresa.

—Por ser amable, comprensivo y cariñoso; gracias por ser tú— se alejó un poco y le besó de manera casta los labios.

Minho se sonrojó, pocas veces lo hacía, pero ese agradecimiento hizo que su corazón se acelerara.

—Lo hice porque te quiero— contestó y volvió a fundirse en un abrazo.

—Yo también— declaró; pero el repicar de un teléfono móvil rompió la atmósfera.

Minho de mala gana se separó y rebuscó en el bolsillo de su pantalón.

—¿Minho, podrías venir a la casa? Es importante— dijo su madre un tanto preocupada.

El alto se tensó, —¿sucede algo malo?— frunció el ceño.

—Ee-es... tu hermano y yo debemos hablar contigo.

—¿Qué es?— preguntó poniéndose un poco inquieto, Jinki lo notó y le sostuvo la mano libre.

—Será mejor que te lo digamos en persona.

Minho suspiró, —bien— miró a su pareja y agregó, —iré de inmediato—, cortó la llamada.

Minutos más tarde Minho ingresó a la casa que compartía con su madre y hermano, y cuál no fue su sorpresa al ver a Minseok de rodillas en medio de la sala y con la cabeza gacha.

—¿Qué suced..?

—Minho— su madre le interrumpió, caminando hacia él y tomándolo por los hombros; —tu hermano es un hombre bueno.

—Ss-sí, lo sé— dijo algo difuso, no comprendía qué tenía que ver eso.

—Él no lo hizo de mala fe— la mujer le justificó.

—¿No hizo qué?

La señora Choi tiró suavemente del brazo de su hijo menor y le hizo sentarse en el sofá, frente a Minseok que permanecía arrodillado.

—Unos hombres se aprovecharon de lo inocente que es tu hermano— dijo ella, —le propusieron un trato y Minseok lo perdió todo.

—¿Lo perdió todo, a qué te refieres con todo?

—Los ahorros, tus ahorros— dijo por fin el mayor de los dos hermanos.

—Ll-los... ¿mis qué?— Minho parpadeó sorprendido.

—Minseok necesitaba dinero, si no cumplía con su parte esos hombres hubieran sido capaces de matarlo— gimió ella.

—¿Cómo fue que tomó mi dinero?— los miró alternadamente, molesto.

[ || ] El amor continúaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora