Parte 4: Aguas Termales

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Después de tomarse un rato de descanso para recuperar el aliento, Itachi y Deidara bajaron a ver las aguas termales.
Ambos quedaron impresionado ante tal escenario. Ya era tarde en la noche, así que ya no quedaba nadie ahí y tenían para ellos solos una extensión enorme de agua que provenía de una cascada no muy lejos de donde estaban. Las rocas estaban colocadas al rededor de la extensión como dándole forma de una piscina gigante. Todo esto era iluminado por la tenue luz de la luna llena, la cual hacía resplandecer el agua. El sonido del agua cayendo por la cascada era un de los más relajantes escuchados.

— Dios mío, esto es precioso.- mencionó el rubio en voz baja, sintiéndose fascinado por aquel paisaje-

— Sin ninguna duda lo es.- concordó el Uchiha mientras abrazaba al otro por la espalda- ¿Quieres entrar en el agua?- susurró sobre el cuello del contrario, consiguiendo que se le erizara la piel-

— Lo estoy deseando.- de pronto el rubio sintió las frías manos de Itachi subiendo su camiseta- ¿Qué haces?- preguntó con una calma que realmente no sentía, pues su corazón iba a mil en esos momentos-

— Ayudarte a desvestirte, así podremos bañarnos.- el Uchiha terminó con su acción de quitarle la camiseta al rubio y cuando hubo terminado bajó lentamente sus manos, acariciando el abdomen de Deidara, hasta que le desabrochó también los pantalones y los bajó, e iba a hacer lo mismo con su ropa interior, pero el rubio le agarró de las manos y se giró para mirarle directamente a los ojos-

— Espera.- pidió en voz baja. Itachi temía haber hecho algo mal-

— ¿Pasa algo? ¿A caso te he incomodado?- Deidara negó suavemente y soltó las manos del pelinegro para después subirlas y agarrar el extremo de la camiseta de Itachi, la cual fue subiendo lentamente rozando todo lo que podía el pecho del otro hasta que al final se despojó de ella-

Lentamente Deidara comenzó a besar el cuello de Itachi, mientras bajaba lentamente, cubriendo todo lugar desnudo que veía de besos, al final se arrodilló y bajó las últimas prendas que le quedaban al mayor, dejando expuesta una notoria erección que Deidara comenzó a acariciar.

— ¿Dei, qué estás haciendo?- preguntó Itachi con una voz ronca-

— Nada que no te vaya a gustar.- respondió con simpleza el rubio mientras comenzaba a lamer el glande de Itachi, consiguiendo un ronco gemido por su parte-

— No tienes por que hacerlo.- articuló como pudo el pelinegro, pues su juicio ya estaba comenzando a nublarse. Ver al rubio así le volvía loco y encendía una chispa dentro suyo, algo más que simple excitación, pues esto para él ya sobrepasaba los límites-

— Sólo cállate.- concluyó el rubio mientras seguía con su trabajo-

Lamía, succionaba y acariciaba el miembro del pelinegro mientras escuchaba sus gemidos que le ayudaban a guiarse. En poco tiempo ya supo que hacer para conseguir darle el máximo placer al moreno, quien por su parte había agarrado con una de sus manos la coleta del rubio, a quien a veces guiaba moviendo suavemente su cabeza.

— Dei, para o...- fue muy tarde para terminar esas palabras, su semilla ya había llenado la boca de Deidara, quien tuvo que tragar, aunque tampoco le importó. Se levantó lentamente y, después de terminar de limpiarse las comisuras del labio, se acercó a besar a Itachi, quien le recibió con los brazos abiertos para abrazarle-

Just One More Night (ItaDei)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora