Capitulo 1: Despierta.

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Su único recuerdo de la noche anterior: la música tronando a todo volumen en sus oídos, la quemazón del alcohol al bajar por su garganta, las luces multicolor, la estancia con aroma a tabaco y las risas de sus amigos. O al menos los que se hacían pasar por sus amigos, ya que la habían dejado ahí, tirada e inconsciente. Al menos hasta ese momento.
-Despierta.- susurraba alguien.
O por lo menos ella pensaba que susurraba, ya que la voz se oía en la distancia.
-Vamos, tienes que despertar.- la voz, podía escucharla mejor. Y sonaba preocupada.
-¡Despierta!- gruñó.
Jessica sintió una sacudida y abrió un poco los ojos. Intentó enfocar la vista y después de varios intentos lo logró.
Primero vio el largo cabello negro, después se concentró en los ojos, azules y profundos, pero sobre todo con aquella expresión dulce. Luego de eso observó la calida sonrisa que la recibía.
-¡Jess!- el chico de los ojos azules se encontraba encima de ella, abrazándola.
Andy Biersack. El nombre resonó en su mente. Lo apartó de un empujón, mientras arrugaba la nariz.
-¡No me toques!- dijo con ese tono chillón que solía emplear cuando algo le molestaba.
Andy la miró un segundo, con gesto confundido. Después frunció el ceño y se cruzo de brazos.
-¿Que te pasa Jessica? Te saco del suelo del baño de aquella fiesta y ¿Así me lo pagas? Eso no es de una buena amiga, una buena y agradecida.- Andy recalcó esta última palabra.
Jessica lo miró de arriba a abajo. Al principio solo habia reparado en su cara, pero a medida que iba bajando la vista podía apreciar mejor la figura de Andy. Sus brazos casi completamente cubiertos de tatuajes, los pequeños aros que se aferraban tanto a su labio como a su nariz, y su complexión. Era delgado, pero atlético. Era atractivo y lo peor es que ella nunca lo había visto así.
-¿Donde estoy?- ladró.
-En...- dudó un segundo- Mi casa.- dijo mientras parpadeaba, perplejo.
Jessica se incorporó en la cama, que crujió bajo su peso, y pudo observar mejor la habitación en la que se hallaba. No podía decir de que color eran las paredes, ya que estaban completamente cubiertas por posters de bandas, cuyos nombres no conocía y varios logos de Batman, en una esquina había una enorme pila de comics y recargada contra una de las paredes estaba una enorme estantería llena de figuras de acción. La cama, de dos plazas, se encontraba cubierta por un edredón, que la tapaba a ella de la cintura hacia abajo, negro y en el centro, igual que en las paredes, se encontraba el escudo del superheroe.
-Creo que alguien tiene una obsesión.- le espetó mientras enarcaba una ceja, en señal de desprecio.
Andy se quedo callado mientras la observaba y caminaba frente a ella, pensativo. Algo estaba mal con su mejor amiga.
-Jess, recuerdame, ¿de qué nos disfrazamos el Halloween pasado?- le soltó de repente, confundiendola. ¿A que venía esa pregunta?
Jessica lo pensó un segundo y después respondió.
-Bueno, pues yo fui Kendra Wilkinson.- dijo orgullosa.
Andy se quedo boquiabierto.
-¿Una Playboy?
Ella asintió.
-¿En serio?- dijo mientras alzaba ambas cejas.
Jessica volvió a asentir. Entonces Andy estalló en carcajadas.
-Jess, ¿segura de que no sufres un caso severo de amnesia postraumatica?
-¡Quien sufre de amnesia aquí eres tú!
-Creo que te golpeaste muy fuerte la cabeza.- dijo Andy mientras se daba ligeros toques en la cabeza con el dedo índice.
-¡No me golpee la cabeza!
Andy se acercó, la abrazó mientras le daba suaves palmaditas en la cabeza.
-Te levante del piso del baño, pudiste haber pasado por muerta.- le dijo Andy con una pequeña sonrisa, pero se notaba que había estado preocupado.- Aunque fue tu culpa, tu tuviste la idea de colarnos en esa fiesta.
Jessica alzó las cejas y soltó una carcajada.
-¿Colada? ¿Yo? ¿En una fiesta?- volvió a reir.- Claro, claro. Buen chiste.
Se levantó y recorrió la habitación con la mirada mientras ponía sus manos en su cintura.
-Vale ¿Que clase de broma esta? Porque no me agrada nada.
Andy la miró un segundo, confundido.
Jessica golpeo el suelo con el tacón, fue ahí donde bajo la mirada.
No llevaba las hermosas zapatillas de diseñador negras con el enorme moño rosa palido que tanto amaba. En su lugar estaban unos bellos botines negros con estoperoles.
-¡Mis bebés!- chilló.- ¿De donde salieron estas... Cosas?- dijo apuntando a sus pies.
-Hot Topic.- contestó Andy encogiéndose de hombros.
En lugar del minivestido a juego con los zapatos, que había usado esa noche, tenia puesto un hermoso vestido corto completamente negro y con detalles de cuero y encaje.
-¡Parezco Morticia!- chilló.
-No- dijo Andy- Pareces Jessica Russel, porque es quien eres.- posó su mano en la mejilla de ella.- Hey, vas a estar bien, necesitas descanzar. De verdad te llevaste un muy buen golpe.
Jessica se aparto bruscamente.
-¡Que no me golpeé!
Negó con la cabeza y, como si supiera exactamente el camino, se dirigió al baño.
Al mirarse en el espejo dejó escapar un grito. Y Andy llegó corriendo a ayudarla.
El rubio cenizo de su cabello había sido remplazado por un color negro azabache que hacia que su pálida tez reslatara, las puntas de su largo cabello eran azules y dos pequeños aros adornaban su cara, al igual que Andy, uno en la nariz y el otro en el labio.
Retrocedió unos pasos, pero las piernas le flaquearon y volvió a desmayarse, cayendo en brazos de Andy.

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