Un día normal, no tan normal.

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Las clases comienzan y no tienen nada de particular, me siento en el mismo viejo pupitre que sé que fue utilizado por muchos estudiantes antes que yo, la vieja y desgastada madera da cuenta del paso del tiempo y debe de tener el mismo aspecto deteriorado que tiene mi cerebro en este momento.

-Buenos días alumnos saquen sus cuadernos ya que hoy empezaremos con materia nueva- se pueden oír los gemidos de mis compañeros ante el anuncio de la profesora de física.

Física, la materia que más odio, por suerte me siento al lado de la ventana.

-______ hiciste la tarea de Historia- como siempre Minji, mi mejor amiga y compañera de asiento llega sin hacer la tarea.

-Señorita Kim, le recuerdo que cuando llega tarde debe pasar por aquí delante y pedir disculpas primero- mi amiga hizo una reverencia desde el fondo de la sala mientras murmuraba un par de insultos hacia la maestra.

-No te quejes ella tiene razón- mencione pasándole mi tarea.

-Te amo, pero hay veces en las que eres peor que los mismos maestros- me saco la lengua y luego comenzó a copiar mi tarea.

Evadirse de la realidad no es una cosa difícil cuando estas sentada al lado de la ventana, de hecho es todo un reto no hacerlo. Podía ver por el rabillo de mi ojo como la profesora parloteaba acerca de las leyes de newton y además hacia algunos esquemas en la pizarra que sé que jamás llegaran a mi cuaderno, por otro lado mis compañeros se dedicaban a intentar prestarle atención entre bostezos y mi quedísima amiga a mi lado copiaba como si su vida dependiera de ello, aunque si conocieran al profesor de historia se darían cuenta que es así.

-Eso es todo por hoy chicos recuerden, que el periodo de pruebas esta próximo por lo tanto la materia que vimos hoy también entrara- los gemidos de todos no se dejaron esperar.

La profesora comenzó a guardar sus cosas para abandonar la sala y yo la imite ya que si me quedaba ahí no podría salir después.

-Te amo, eres la mejor amiga que podría tener y te mereces un regalo de mi parte, hoy yo comprare lo quieras por ti en la cafetería- Minji ya había terminado de copiar mi tarea por lo que se encontraba sumamente relajada.

-Está bien solo quiero un café- tome su mano para salir corriendo antes de que la profesora abandonara la sala.

-Ya eres una experta en escapar de ellos- sonrió mi amiga mientras yo solo rodaba los ojos.

-Eso creo- corrimos hasta la cafetería tratando de evitar a todo el mundo, pero yo no tengo esa suerte.

-Preciosa porque siempre tan sola, no te gustaría sentarte con nosotros- grito un chico desde su asiento y solo lo ignoramos pero después de unos minutos se volvían repetir las “invitaciones”.

La verdad es que me caracterizo por juntarme solo con Minji y alguna que otra chica que se atreve a hablarme, lo chicos están fuera de mi lista.

Él porque es súper simple… Ellos me molestan y me asustan.

Y para mi enorme mala suerte en la escuela soy considerada una de las chicas populares entre los chicos, el problema (para ellos) es que yo no los tomo en cuenta en la vida, la mayoría de las veces hago como si no existieran.

-Aquí tiene su café- la señora de la cafetería me devolvió a la realidad con una cálida sonrisa, la que yo imite.

-Muchas gracias-

-¿______ vamos afuera si?- a Minji no le podía negar nada, ella era mayor que yo pero era extremadamente adorable, no físicamente pero si mentalmente además la quiero demasiado como para decirle que no.

¿Me quieres amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora