Una tarde normal, no tan normal

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Salir de la escuela me supone todo un reto debido a la enorme afluencia de público.

-Minji, si salgo ahora me encontrare con los chicos, ¿esperemos un poco más si?- hice mi mejor puchero pero no tuvo efecto por lo que mi querida amiga comenzó a jalarme fuera del baño

-Muévete, hoy tienes trabajo- podía sentir las miradas de los chicos y además podía escuchar uno que otro comentario.

-si lo sé pero...

-Nada de peros- corrimos, literalmente hasta la casa de Minji.

Ahí era nuestro cuartel secreto y también era ahí donde ocurría la magia como lo llamaba Minji. Era en su habitación en donde yo dejaba de ser ______ y pasaba a ser John un adolescente occidental que fue expulsado de la casa de sus padres.

-Cada vez que te veo me sorprendes pequeña- Minji fue la de la idea de vestirme como hombre para que pudiese trabajar tranquila, pero ella no vio venir que yo sería igual de popular con las chicas para mi mala suerte.

-¿Porque?

-porque pareces un chico a pesar de que tienes una cara muy femenina, además de que cambias totalmente cuando te pones la peluca aunque te falta un poco de altura- eso era verdad, cuando me ponía la peluca dejaba de ser una chica y me metía de lleno en el personaje.

-Lo sé, debo admitir que me gusta ser John, me gusta la libertad de ser un chico que no se tiene que preocupar por nada- sonreí. –Pero no te metas con mi altura, si como mujer me duele imagínate como hombre- la mire fijamente.

-Si me queda más que claro- ella rodo sus ojos pero aun así sonrió –Ya vete si no llegaras tarde-

Llevaba 6 meses trabajando un café dedicado solo a servir a chicas, en el café solo se admitía la entrada a chicas y el staff eran solamente chicos.

Un día vagando por la vida, me encontré con el café y me decidí a entrar como una clienta y me gustó mucho el ambiente, no me sentí intimidada por los chicos que atendían y no me molestaba estar rodeada de chicas, mas tomando en cuenta de que nadie me prestaba atención ya que los chicos que trabajan ahí eran realmente guapos.

Luego lleve a Minji y ahí fue cuando a ella se le ocurrió la brillante idea de hacer que me vistiera de hombre para poder trabajar ahí, si bien no necesito el dinero a ella le pareció una buena oportunidad para que yo dejara de odiar a los chicos.

-Hola pequeño- Chanyeol puso su enorme mano sobre mi cabeza y desordeno mi “cabello” – ¿Qué tal la escuela?- nadie sabe que soy chica y la mayoría de mis compañeros de trabajo son conocidos de ______.

-Hola Hyung, bien solo mucha tarea ¿y qué tal te fue a ti?- ya sabía que se venía un discurso de la fría princesa que lo rechazaba siempre. Se siente extraño escuchar que hablen así de ti.

-Como siempre- hizo un puchero –La fría de ______ me volvió a rechazar, bueno volvió a rechazar a la mitad de la población masculina por lo menos eso me consuela- sonrió

-Te odia asúmelo Channie- Baek entro con una enorme mochila a sus espaldas.

-No me odia, si no ella no leería lo que yo le escribo, siempre la veo leer mis estupideces e incluso la he visto sonreír- Chanyeol parecía muy animado y yo luche con todas mis fuerzas por no sonrojarme.

-Hola mis pequeños lobos- entro Luhan jugando con un cubo rubix realmente extraño.

-Oh! Juguete nuevo- anuncio Sehun quien apareció de la nada detrás de mí.

-Sí, me lo regalo una clienta- su sonrisa se ensancho.

-Eres una playboy de cuarta- anuncio Kris mientras se ponía su delantal.

¿Me quieres amar?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora